¿Alguna vez te ha pasado que lo que originalmente parecía un error resultase ser una bendición camuflada? Marcas el número de teléfono equivocado, pero la persona que se halla al otro extremo de la línea es alguien que realmente necesitaba hablar contigo justo entonces. Giras por donde no debes, para luego saber que hubo un accidente en la calle que evitaste. Tales sucesos son ejemplos de la providencia divina. Lo que parece un error es realmente parte de la amorosa atención de Dios hacia todos los detalles de nuestras vidas.
La próxima vez que suceda algo que parezca ser un error, no lo lamentes. En su lugar, di una rápida oración de gracias por otro ejemplo de la providencia divina en funcionamiento.
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