Analiza tu comportamiento cuando pierdes en el juego o en la práctica del deporte, o cuando pierde el equipo al que apoyas; puede que experimentes una cierta dosis de humillación, de frustraciòn o incluso de indignación. Procura que no sea nunca mayor que tu esperanza, tu entereza y tu fortaleza. Utiliza tu derrota para aprender a levantarte de nuevo y reemprender la marcha, para construir y no para destruir.
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