Manila (Agencia Fides) – Asesinado un sacerdote este domingo 29 de abril por la mañana en el norte de Filipinas. El padre Mark Ventura, párroco de la Misión de San Isidro Labrador, recibió dos disparos de arma de fuego, uno en la cabeza y el otro en el pecho.
Según la policía, el sacerdote estaba en una reunión con miembros del coro parroquial y se disponía a presidir un bautizo cuando el asesino apareció por la puerta de atrás del recinto y disparó contra el sacerdote en dos ocasiones. El atacante, oculto con un casco y una chaqueta, escapó en una motocicleta conducida por un cómplice.
El homicidio tuvo lugar en el pueblo Piña Weste cerca de la ciudad de Gattaran en Cagayan. Gattaran se encuentra a unos 95 kilómetros al norte de Tuguegarao, la capital de Cagayan, que está a unos 789 kilómetros (490 millas) de Manila. Uno de los responsables de la Policía Nacional Filipina, Mario Espino, ordenó la creación de un grupo especial de investigación para esclarecer las circunstancias del asesinado del sacerdote. Desde la policía de Cagayan han informado de que Ventura era muy activo en su reivindicación de unas elecciones justas, de derechos para los trabajadores filipinos en el extranjero y del bienestar de los niños.
“Estamos en estado de shock y sin poder asimilar todavía la noticia del brutal asesinato del padre Ventura, sacerdote católico de la archidiócesis de Tuguegarao”, aseguró el presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP), monseñor Romulo Valles, arzobispo de Davao, en una declaración. “Ofrecemos nuestras oraciones por el padre Ventura, por su familia y por los fieles laicos de Tuguegarao. También oramos por monseñor Sergio Utleg, arzobispo de Tuguegarao, sus sacerdotes y religiosos de la archidiócesis, que este año en unión con toda la Iglesia en las Filipinas, están celebrando el Año del Clero y de los Consagrados. ¡Condenamos este acto malvado! Llamamos a las autoridades a actuar rápidamente para encontrar a los autores de este crimen y llevarlos ante la justicia”, dijo el obispo Valles. “Instamos a las autoridades a capturar y llevar ante la justicia a los asesinos del padre Ventura tan pronto como sea posible y a no considerar su muerte como otro asesinato bajo investigación”, solicitó el presidente del partido liberal Kiko Pangilinan.
“Esperemos que la muerte del padre Ventura no refleje el carácter de nuestra nación a la luz de las recientes acciones del gobierno contra sor Patricia Fox, una trabajadora humanitaria que trabajó durante 27 años en Filipinas y que fue expulsada del país sin ningún motivo”, añadió Pangilinan.
“El descarado ataque contra el padre Ventura, conocido por su lucha contra la minería y el apoyo a los pueblos indígenas, no tiene cabida en ni nuestra sociedad ni debería tenerlo bajo esta administración, que se enorgullece de privilegiar la ley y el orden y han reducido la tasa de criminalidad”, concluyó Pangilinan. El padre Ventura había asumido la dirección de la Misión de San Isidro Labrador a comienzos del pasado abril. Durante siete años había sido sacerdote en la archidiócesis de Tuguegarao. Es el segundo sacerdote asesinado en cuatro meses. El padre Marcelito Páez, de 72 años, fue asesinado en Jaén, Nueva Écija, en las Filipinas del Norte, por hombres armados no identificados en diciembre de 2017.
(SD) (Agencia Fides 30/4/2018)
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