"Sean dignos colaboradores del orden episcopal para que el amor a Cristo llegue hasta los confines de la tierra", dijo el Papa Francisco a los nuevos sacerdotes ordenados en la Basílica de San Pedro
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
La mañana del 22 de abril, IV Domingo de Pascua, festividad de Jesús El Buen Pastor y Jornada Mundial de oración por las vocaciones, el Papa Francisco presidió una misa en la que ordenó a 16 nuevos sacerdotes en la Basílica de San Pedro: seis de ellos neocatecumenales, cinco del seminario diocesano de Roma, cuatro de la Familia de los Discípulos y un religioso de la Pequeña Obra de la Divina Providencia.
En la homilía tomada del ritual de ordenación de los presbíteros, el Santo Padre recordó a los diáconos, su valiosa función de enseñar en nombre de Cristo, "el Maestro y gran Sacerdote del Nuevo Testamento".
"Transmitid a todos la Palabra de Dios que habéis recibido con alegría. Y al meditar en la ley del Señor, procurad creer lo que leéis, enseñar lo que creéis y practicar lo que enseñáis. Que vuestra enseñanza sea alimento para el pueblo de Dios; que vuestra vida sea un estímulo para los discípulos de Cristo, a fin de que con vuestra palabra y vuestro ejemplo se vaya edificando la casa, que es la Iglesia de Dios".
Imitad lo que conmemoráis
Asimismo, el Sucesor de Pedro señaló que a ellos, como nuevos apóstoles de Cristo, les corresponde la función de santificar al Pueblo de Dios, en nombre de Jesús.
"Por medio de vuestro ministerio, alcanzará su plenitud el sacrificio espiritual de los fieles, que por vuestras manos, junto con ellos, será ofrecido sobre el altar, unido al sacrificio de Cristo, en celebración incruenta", añadió Francisco, poniendo en guardia sobre la importancia de darse cuenta de lo que hacen mal y "de imitar lo que conmemoran, de tal manera que al celebrar el misterio de la muerte y resurrección del Señor, se esfuercen por hacer morir en ellos el mal y procuren caminar en una vida nueva".
Pastores con alegría perenne que busquen la unidad
Por otro lado, el Papa destacó la riqueza espiritual de desempeñar el ministerio de Cristo Sacerdote, "no buscando sus propios intereses sino la gloria de Jesucristo, procurando mantener siempre vivo el don de la alegría perenne y la verdadera caridad:
"Al ejercer, en la parte que os corresponde, la función de Cristo, Cabeza y Pastor, permaneciendo unidos al Obispo y bajo su dirección; esforzaos por reunir a los fieles en una sola familia, de forma que en la unidad del Espíritu Santo, por Cristo, podáis conducirlos al Padre. Tened siempre presente el ejemplo del buen Pastor, que no vino para que le sirvieran, sino para servir, y para buscar y salvar lo que estaba perdido".
Sostener a los sacerdotes mediante la oración
El Pontífice agradeció, además, la generosidad y la fidelidad de estos nuevos presbíteros, invocando sobre ellos la gracia del Espíritu Santo, "para que puedan seguir adelante con el espíritu de las Bienaventuranzas".
De igual manera, Francisco recordó a todos los presentes en la misa, la necesidad de orar por los sacerdotes, apoyarlos y acompañarlos, ya que el Pueblo de Dios sostiene a los sacerdotes con la oración.
"Alguno entre ustedes se puede preguntar: pero, ¿cómo se hace para sostener a un sacerdote?", dijo el Papa.
"Confiad en vuestra generosidad. El corazón generoso que vosotros tenéis os dirá cómo sostener a los sacerdotes. Pero el primer apoyo del sacerdote es la oración. El pueblo de Dios —es decir, todos— apoya al sacerdote con la oración. No os canséis jamás de rezar por vuestros sacerdotes", concluyó el Santo Padre, antes de proseguir con la ceremonia y el rito de Ordenación.
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