El Ayuntamiento de Jerez da un premio a la promoción de la mujer, según los cánones actuales, esto es, según los muy rígidos del feminismo de género. El premio se llama "Racimo". El mismo jurado otorga un contra-premio, llamado "Filoxera", nombre de plaga, nada menos, para recriminar públicamente a quien menos haya hecho por la mujer, según esos mismos cánones, convertidos en cañones. Este año la filoxera les ha salido fiera.
Dieron el contra-premio a Antonia Alba, abogada de Conil y líder del Movimiento Femenino por la Igualdad Real. Venía siendo habitual que los "agraciados" con la filoxera hicieran mutis por el foro, dando lugar al cachondeíto de los organizadores de "Ah, no vino a recogerlo, ji, ji…". Pero Antonia Alba se plantó allí a por su filoxera.
Como si no bastase su gesto valiente y rompedor, el discurso además no tuvo desperdicio. Como buena abogada, empezó cuestionándose la licitud de un premio dado con dinero público para denigrar a una persona o a un colectivo. Luego explicó por qué ni ella ni su movimiento están contra la mujer, sino contra cualquier tipo de discriminación negativa, positiva o neutra. Exigen el trato igual sin diferencias de género, entre otras cosas, porque, además de más justo, es más operativo. Las denuncias falsas por violencia de género colapsan los juzgados y, por tanto, dejan indefensas a las verdaderas maltratadas.
Hay que reconocer que el concejal Paco Camas, por el que tengo aprecio personal, y la teniente de alcalde oyeron el inesperado discurso con recobrada dignidad y una muy institucional cara de circunstancias. El valor y la coherencia de Antonia Alba les había (de rebote) regalado la posibilidad de ponerse a la altura de sus cargos, y la aprovecharon. Enhorabuena.
Como hay que ser constructivos, quizá también les haya regalado una salida a la difícil situación en la que quedan ahora estos premios. ¿Serán capaces de seguir dando el dichoso premio "Filoxera"? No me extrañaría que, emulando el gesto de Antonia Alba, que se ha hecho viral, todos los años se presente el contra-premiado a contraprogramarles la gracia. La mejor salida sería reconvertirlo en un premio a feminismos distintos del de género oficial, para el que tienen el "Racimo", y propiciar, quizá, un espacio de diálogo honesto entre las diversas defensas de la mujer. Como sigan entregándolo en esa línea denigratoria, la filoxera va a hacerles mucho daño.
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