MADRID, 20 Oct. 17 / 10:20 am (ACI).- El sábado 21 de octubre el templo expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona (España) acogerá la beatificación de 109 mártires claretianos muertos durante la persecución religiosa de la Guerra Civil española (1936-1939).
Será la primera beatificación que se celebre en la Sagrada Familia, estará presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos; y concelebrará el Cardenal Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona y el Superior General de los Claretianos, el P. Mathew Vattamattam. Así como 30 Obispos y 300 sacerdotes.
Esta numerosa causa está encabezada por los mártires Mateu Casals, sacerdote; Teófilo Casajús, estudiante; y Ferrán Saperas, hermano; y 106 compañeros. El proceso de beatificación comenzó en 1948 e incluye sacerdotes, hermanos y estudiantes claretianos y fue finalmente aprobado por el Papa Francisco el 22 de diciembre de 2016.
En una carta enviada a las comunidades claretianas, el Superior General de los Misioneros Claretianos, el P. Mathew Vattamattam, subrayó que estos mártires “no eran militantes de ningún bando político sino personas, en su mayoría bastante jóvenes, que se consagraron a Dios y que llegado el momento no dudaron en confesar su fe aun a costa de su vida”.
El P. Vattamattam pidió también que la celebración vaya más allá de la ceremonia de este 21 de octubre.
Indicó que “no se trata solo de prepararnos para la ceremonia sino de acoger esta gracia como un nuevo estímulo que Dios nos concede en este tiempo para ser lo que estamos llamados a ser testigos, o sea mártires, mensajeros de la alegría del Evangelio”.
“Nuestros mártires son el documento vivo que nos muestra con claridad en qué consiste esta vocación. También nosotros estamos llamados a rubricarla cada día con el testimonio de una vida misionera alegre y entregada”, afirmó.
La causa de canonización de estos mártires recoge algunos testimonios de los últimos momentos de sus vidas.
Como es el caso del P. Jaume Girón que dijo: “Yo estoy siempre preparado para dar la vida por Dios. Y en la Misa de cada día me preparo y me ofrezco como víctima por los fines que el Padre Celestial sea servido. Cada día rezo por el que me va a matar”.
El P. Josep Reixach, de 71 años, fue obligado a presenciar cómo profanaban y quemaban objetos sagrados de la capilla de la comunidad claretiana en Sabadell (Barcelona). Antes de morir dijo: “Si sois vosotros quienes me habéis disparado los tiros, os perdono de corazón. Quiero morir como Jesús que también perdonó a quienes le acababan de sacrificar”.
También está el testimonio del P. Julián Villanueva a quien le hicieron cavar su propia tumba desnudo. Antes de morir fusilado declaró: “Sabed que no me da miedo la muerte. Ofrezco mi vida por Dios y por las almas. Os perdono este crimen que vais a cometer conmigo y pido a la Divina Misericordia que acepte mi sangre por vuestra salvación”.
El P. Emili Bover tenía 67 años y fue fusilado, pero antes pidió besar las manos de quienes le iban a ejecutar. “Os perdono de corazón por amor de Dios”, declaró.
El grupo de los 109 mártires beatificados pertenecían a las comunidades de Cervera - Mas Claret y Solsona (60), de Barcelona (8), de Sabadell (8), de Lleida (11), de Vic y Sallent (15). Fuera de Cataluña la causa incluye los mártires de las comunidades de Castro Urdiales en Santander (3) y de Valencia (4).
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