¡Si tu por tu trabajo te ves en la necesidad de tratar con el público, no pierdas la paciencia!
Sabemos los díficil que es permanecer tranquilos delante de personas que llegan irritadas o son exigentes y maleducadas.
Es precisamente en esos casos donde deben aflorar nuestras virtudes de serenidad y paciencia.
Controla tus nervios, y procura comprender y prestar un servicio desde la comprensión y el cariño.
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