2007-2017: La Casa del Niño de Belén festeja su primera década de actividad. «Pensar en diez años es importante, pero pensar en ochenta y tres niños lo es aún más». Así comentaba el acontecimiento fray Marwan, que dirige la Casa desde sus comienzos. La estructura de la Custodia de Tierra Santa desde 2007 se hizo cargo de ochenta y tres niños y adolescentes en situación de desarraigo familiar. Este importante aniversario se celebró el 15 de septiembre con una misa de agradecimiento en presencia del Custodio de Tierra Santa y un refrigerio con los amigos de la Casa.
«Hoy veo todo el bien que se ha hecho en las vidas de estos ochenta y tres jóvenes – decía fray Marwan -. Quizá estoy algo cansado, pero estoy emocionado porque siento que en estos años el Señor ha estado en medio de nosotros y ha completado la obra que comenzó con su Providencia». Los niños alojados en la Casa actualmente son veintisiete: doce pernoctan también en la casa mientras que otros asisten desde la salida del colegio hasta las siete de la tarde. No faltaba ninguno de ellos en el patio de la Casa, donde se celebró la misa. Un banco de escuela como altar con objetos sencillos para contener el Cuerpo y la Sangre de Cristo, bajo el signo de la virgen franciscana de la pobreza.
DAR GRACIAS. Durante la homilía, el Custodio de Tierra Santa conversó con los niños. «Hemos escuchado que diez leprosos encontraron a Jesús, le pidieron que les curara, pero solo uno volvió a dar las gracias – decía fray Francesco Patton -. Esto nos demuestra que cuando Dios hace el bien en nuestras vidas, solo una vez de cada diez le damos las gracias». Respondiendo a las sonrisas de los más pequeños, continuaba: «Celebrar los diez años de la Casa del Niño significa dar gracias a Jesús». Después, pidió un minuto de silencio para que cada uno pensara en algo que hubiera hecho Jesús por lo que darle gracias. Algunos niños le dieron gracias porque «nos protege y protege a nuestros familiares», «por la familia que nos ha dado», «por esta casa y por los que trabajan aquí».
El Custodio recordaba, por último, que «Jesús nos ha dejado como madre a su misma madre, para que en nuestra casa nunca haga frío».
EL COMIENZO. La idea de fundar la Casa del Niño fue de fray Amjad, actualmente párroco de la iglesia de la Anunciación en Nazaret. Feliz por poder participar en este aniversario, contaba cómo fueron los inicios: «Hace diez años era párroco de la parroquia de Belén y, visitando las casas, me di cuenta del drama de algunas familias. Pensé entonces crear una casa para los niños y comencé a preparar los locales. Pero después me trasladaron a Nazaret». Y ahí precisamente es cuando entró en juego fray Marwan. «Cuando fray Amjad fue trasladado, yo continué el trabajo – explicaba el fraile -. Estoy en Belén desde hace trece años y en aquella época era vicario». Con orgullo, añadía: «Inauguramos la casa con el entonces Custodio Pierbattista Pizzaballa y después de diez años, todavía estamos aquí».
DONACIONES. Tras la misa, se agradeció uno a uno a todos los que han ayudado a la Casa del Niño, y se les brindó un homenaje. Asistían también muchos benefactores. «Yo los llamo “los amigos de la Casa del Niño” – afirmaba fray Marwan -: ayudan como pueden, trayendo ropa, comida, dinero. Empezamos con pocos pero después el bien habla por sí mismo». Entre ellos, muchos habitantes locales, como Michael, que tiene una tienda de souvenirs en Belén. «Fray Marwan es un gran amigo mío y me encantan los niños. Por eso es el lugar adecuado para mí – decía Michael -. Aquí dan a los niños un nuevo hogar, les hacen sentirse seguros. Hay gente que cuida de ellos y de su educación. Además, a través de la Iglesia tienes la seguridad de que lo que das llegará al lugar correcto, a las personas adecuadas». La Custodia de Tierra Santa sostiene el proyecto de la Casa del Niño también gracias a la ayuda de ATS Asociación Pro Terra Sancta.
TESTIMONIOS. Durante el refrigerio servido en el exterior, también se escucharon algunos testimonios de niños que han asistido a la Casa del Niño.
«Antes no sacaba buenas notas – explicaba un pequeño -. Después llegué a la Casa, cambié de colegio y he ido cada vez mejor. Hace cuatro años salí de la Casa, me gradué en matemáticas y ahora enseño en la escuela de Tierra Santa».
Aram contaba: «Fray Marwan me enseñó cómo estudiar. Ahora estudio Gestión Hotelera en la universidad. Es bonito porque aquí tengo mi segunda casa y fray Marwan es como un padre y una madre juntos. También mi hermano pequeño vino aquí y ahora trabaja». Uno de sus compañeros estaba de acuerdo: «Vivir en la Casa del Niño cambió todo en mi vida, en mis estudios. Fray Marwan es como un padre para mí». «Yo también he crecido en esta casa y me han ayudado muchísimo, llegué hace siete años», contaba asimismo otro chico.
¿Qué les gusta a los muchachos de su vida juntos aquí? «Me gustan las actividades que hacemos», explica Freddy. Otro niño, que parece tener una mirada dura, revela: «Lo que más me gusta de la Casa del Niño es que nos queremos unos a otros».
Beatrice Guarrera
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