¡No te irrites contra tus calumniadores!
Son tus bienhechores, que te llaman continuamente la atención sobre tus errores, reales o posibles.
¡Sigue adelante!
El dolor abona nuestra vida para el crecimiento en perfección.
El arado que rompe el corazón de la tierra es el que permite que haya cosechas abundantes.
Y las lágrimas fertilizan nuestro corazón, dando la posibilidad a un crecimiento mejor.
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