domingo, 4 de junio de 2017

CIUDADES HERMANAS; POR ENRIQUE MONTIEL














Diario de Cádiz
Al final del acto de hermanamiento, tras hablar un poco con la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, a la que pedí que el Museo Camarón no fuera un espacio expositivo sólo sino algo con vida propia, un centro de flamenco contemporáneo al que pudieran allegarse los aficionados y los estudiosos, los inquietos, la gente deseosa de conocer el Flamenco, saludé al alcalde de Algeciras. Me dijo que le había causado una excelente impresión Patricia Cavada. Los hermanamientos tienen estas partidas, es como el hacer amigos. Los amigos tienen cada uno sus ideas y sus propias vidas pero alcanzan una mayor riqueza en el otro. La verdad es que la Isla se portó. Organizó un acto en el Teatro de las Cortes muy bien ajustado, que no quisieron perderse muchas autoridades y representaciones. Un teatro lleno, además. No era para menos. Dos pueblos se unían en la memoria de dos de sus hijos universales, los más grandes. Por la Cultura. Bueno es recordarlo, que algunos cínicos de la Política dicen en privado, como un chiste, que la Cultura no da votos. Digo que dos figuras irrepetibles nos habían hermanado antes, Francisco Sánchez Gómez y José Monje Cruz, con su propio hermanamiento. Verdaderamente los hermanamientos son actos de amistad. La que unió a Camarón de la Isla y Paco de Lucía atravesó la muerte. Digo que Paco de Lucía, que lo sobrevivió, lo tuvo siempre presente, generosamente presente. En los actos importantes de su vida (el Príncipe de Asturias, por ejemplo) lo compartió con Camarón. Y además fue de una amistad fiel, de una admiración total. Como le ocurrió a nuestro paisano con el algecireño toda su vida.
Sí, eso le dije a la consejera de Cultura, que el Museo fuera algo vivo, un museo y centro del flamenco contemporáneo. Traía la buena noticia de que en pocos días llegaría el dinero a San Fernando y el gobierno de Patricia Cavada podría iniciar finalmente las obras de ese "espacio", era la palabra que más usó Rosa Aguilar. Curioso que fuera esa la palabra. La defendíamos en los años de Loaiza, pero para toda la ciudad: el Espacio Camarón era la Isla. Que tenía que participar en ese núcleo de irradiación fundamental que debía ser el Museo Camarón y Centro del Flamenco Contemporáneo. Con esta consejera tenemos una suerte, es de Córdoba y Córdoba es la provincia que más ama el Flamenco, al menos así yo lo he tenido siempre. Dolores Montoya me miraba con sus grandes ojos cuando lo oyó decir. La viuda de Camarón ha visto pasar 25 años por su vida sin que en el pueblo de su marido se hiciera lo que ella, su familia toda y el mundo camaronero y flamenco creyeron que se merecía el genio de la Isla. Ahora ha llegado ese momento y por eso ahora muchos cruzamos los dedos para se haga bien, con mucho ojo.
Como el hermanamiento. Oía los parlamentos, algunos muy brillantes por cierto, con los ojos llenos de Algeciras, la otra bahía, el otro regalo de una provincia que lo tiene todo. Que así sea.

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