Cuando he escuchado esta ponencia de mi querido Padre Manuel Orta Gotor sobre la Familia se me ha venido a la mente tantas cosas...
Don Manuel ha sido mi director espiritual durante unos cuantos años y aunque ahora no nos veamos tanto como nos gustaría debo reconocer que ha sido ese buen sacerdote que Dios puso en mi camino para ayudarme a avivar el fuego de la Fe.
El Padre Orta es un sacerdote de una exquisita formación, no obstante fue durante muchos años jesuita, aunque desde hace ya bastante lo es diocesano. Es un hombre, un cura de gran espiritualidad y todavía echo de menos los Ejercicios Espirituales que él dirigía, mis visitas a Sevilla o a su casa del Aljarafe donde manteníamos nuestros encuentros en los que como buen director espiritual guiaba mis pasos por este camino de la vida tan lleno de recovecos que nosotros los hombres nos hemos encargados de construir.
Aunque mi experiencia vital, la que me cambió la vida personal y también en la forma de ver, entender y vivir la Fe fue cuando compartí con él la Peregrinación a Tierra Santa hace ahora cinco años. Él me descubrió a Jesús en los lugares donde vivió, murió y resucitó.
En esta Peregrinación también Dios me permitió descubrir al buen amigo que sabía rezar, conversar y también reír.
En esta Peregrinación también Dios me permitió descubrir al buen amigo que sabía rezar, conversar y también reír.
Después de lo más duro de mi enfermedad, que siempre lo sentí a mi lado, y tras la operación donde mi vida se rige por el día a día no hemos vuelto a tener uno de nuestros encuentros aunque pienso que este está más próximo del que me puedo ni siquiera llegar a imaginar porque siempre es bueno dejarte guiar por los consejo de este buen sacerdote que sabe mejor que nadie abrir esa precisa ventana para que entre la luz de Dios cuando nada más ves oscuridad.
Espero la disfrutéis como yo lo he hecho.
Jesús Rodríguez Arias
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