Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 6,5-7:
Una voz suave aumenta los amigos, unos labios amables aumentan los saludos. Sean muchos los que te saludan, pero confidente, uno entre mil; si adquieres un amigo, hazlo con tiento, no te fíes en seguida de él; porque hay amigos de un momento que no duran en tiempo de peligro; hay amigos que se vuelven enemigos y te afrentan descubriendo tus riñas; hay amigos que acompañan en la mesa y no aparecen a la hora de la desgracia; cuando te va bien, están contigo, cuando te va mal, huyen de ti; si te alcanza la desgracia, cambian de actitud y se esconden de tu vista. Apártate de tu enemigo y sé cauto con tu amigo. Al amigo fiel tenlo por amigo, el que lo encuentra, encuentra un tesoro; un amigo fiel no tiene precio ni se puede pagar su valor; un amigo fiel es un talismán, el que teme a Dios lo alcanza; su camarada será como él, y sus acciones como su fama.
Salmo
Sal 118,12.16.18.27.34.35 R/. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos
Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes. R/.
Tu voluntad es mi delicia,
no olvidaré tus palabras. R/.
Ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu voluntad. R/.
Instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas. R/.
Enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón. R/.
Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,1-12
En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.
Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
Compartimos la Palabra
Nos encontramos con una serie de observaciones concretas sobre la amistad: el lenguaje, el consejo, la confianza, la perseverancia, la fidelidad, el amor común a Dios.
Son importantes las palabras y el diálogo para construir o destruir una amistad, pero con dos niveles de relaciones y de intimidad: aquellos con los que se vive en paz, y aquellos a quienes nos confiamos.
Se habla aquí de la amabilidad, que significa “ser digno de ser amado”, invitándonos así a que nuestro lenguaje sea delicado para multiplicar los amigos, y dando importancia a las palabras, al diálogo. Habla también de la suavidad: que este lenguaje nuestro sea suave, sea dulce, sea moderado, sea dócil, para ser gratos a los sentidos de nuestros prójimos.
Termina el autor del Eclesiástico pidiendo al Señor que oriente bien su amistad (o amistades), descubriendo ambos el “temor del Señor”, ya que la verdadera piedad garantiza la amistad. La fe es el punto común de una amistad espiritual.
El salmo 118 es un elogio a la ley divina y estos versículos el salmista bendice al Señor, pide que le guíe y que le enseñe sus leyes ¡Qué gran maravilla deleitarse con los preceptos del Señor!
Sigamos los consejos de este salmista, que se goza en el Señor, para que sea hoy nuestro trabajo: contemplar las maravillas del Señor, abriendo nuestra voluntad a su Voluntad, instruirnos en los decretos del Señor para meditar sus maravillas y guardar su voluntad de todo corazón, para finalmente pedir insistentemente que nos guíe por la senda de sus mandatos.
El matrimonio: mandato o mandamiento
Marcos aborda en estos versículos una enseñanza de Jesús sobre la ley fundamental del matrimonio: la indisolubilidad del mismo. Nos situamos en un contexto de la sociedad judía en el que el divorcio era legal.
Le preguntan a Jesús si es lícito al marido repudiar a la mujer cuando este “permiso” estaba previsto por la ley de Moisés. Él les dice que la ley del Deuteronomio no es un “mandamiento” sino un permiso” concedido por Moisés por la “dureza del corazón” de los Israelitas, pero no es una abolición de la ley matrimonial. La ley fundamental del matrimonio hay que buscarla en la complementariedad de los sexos, es una “creación”, una “voluntad de Dios” inscrita en la naturaleza del hombre y de la mujer, desde el origen.
El hombre y la mujer tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones; para Jesús la reciprocidad es total. El amor conyugal es un terreno privilegiado donde se juega la venida del Reino de Dios.
El primer mandamiento es “Escucha Israel”. Jesús nos invita a estar siempre atentos a su Palabra. Escuchar y dialogar con el Señor en la oración es la manera de hacer que vaya creciendo la amistad con Jesucristo. No se puede amar lo que no se conoce; por tanto, cuanto mejor conozcamos a Cristo, más (y mejor) le amaremos y nos dejaremos amar por Él.
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