domingo, 31 de diciembre de 2017

* SANTI


Y mi último artículo de este año 2017 en Información San Fernando va dedicado a una persona que quiero, admiro y respeto por ser simplemente quién es: Mi buen hermano y amigo Santiago Muñoz Romero, Santi para todos los que lo conocemos.

Aprovecho para agradecer al medio que publica mi semanal tribuna así como a mi querido amigo Antonio Atienza, su redactor-jefe así como a mi buen hermano Pepe Moreno Fraile coordinador del apartado donde se ubica por la confianza y el apoyo que siempre me demuestran y más en este 2017 que ha sido tan complicado en todos los aspectos para mí a los que deseo todo lo mejor para el cada vez más inminente 2018. Felicitación que hago extensiva a todos los que trabajan y colaboran en este medio de comunicación, histórico ya en La Isla, así como a sus lectores. 

Y lo que son las cosas también felicito a nuestro querido Antonio Atienza porque hoy ha nacido Martina que como él dice es la "hija de la niñas de sus ojos". Inmejorable forma de acabar este 2017. Me alegro con vuestra Felicidad.

¡GRACIAS a todos por estar siempre...!

Jesús Rodríguez Arias 


SANTI


Reconozco que ya tenía ganas de despedir este 2017 que tan luengo y duro se me ha hecho. Y lo quiero hacer escribiendo palabras de Esperanza que bien podría ser un relato como el pasado cuento de Navidad, detallar sentimientos, reflejar pensamientos. Todo sería válido para arrancar la última hoja del último día del año que está a unas horas de expirar. Pero no, he decidido escribir desde el corazón y dedicarlo expresamente a una persona que con su ejemplo de vida me enseña tanto cada día de mis días.

Sí, pienso que es muy recomendable el rendir un sincero tributo a las personas que quieres y que siempre aportan en este día que es en verdad tránsito de un año a otro, que es poner fin a mucho con la ilusión de lo que ha de venir sea al menos mejor. Por eso hoy mi último artículo del año está dedicado a mi querido amigo y buen hermano Santiago Muñoz Romero.

A Santi hay que saber escucharlo lo que nos dice con su portentosa voz, hay que saber desentrañar cada vez más sus hondos silencios y en cambio no hay necesidad de descifrar el mensaje tan claro que expide su mirada que es limpia, es transparente, es tan de verdad.
Santiago Muñoz, como buen cañaílla, no es profeta en su tierra. Es querido, es respetado, es admirado por ser él mismo siempre, pero no es profeta porque si lo fuera no estaría tan “olvidado”.

Santi ha conocido las mieles del éxito y también la hiel de lo que es la tramoya del mismo. Ha conocido la hipocresía que se cuece cuando todo te va bien y también ha conocido el amargor y el desapego de tantos de los que ahora si te he visto ni me acuerdo. Debo reconocer que me quedo siempre con el Santiago de los recios momentos, el que pone todo de su parte para seguir caminando, el que sigue ofreciendo su saber, sus dones, sus talentos, en beneficio de los demás, el que se entrega a las causas benéficas, el que huye como de la peste de lo impostado de una sociedad cada vez más vacía, más deshumanizada, donde la amistad se tasa según los intereses que interesan en cada momento y según qué situación.

Para mí es honor el contar con la amistad verdadera de Santiago Muñoz no por ser un extraordinario periodista, un apasionado defensor de todo lo que tenga que ver con la tauromaquia, no por ser un enamorado de San Fernando que nunca ha dejado de ser una Isla, no por ser un buen cofrade, un buen hijo, marido, padre… Y aunque esto cuenta para mí es un privilegio su amistad porque es un hombre honorable, una persona sencilla, humilde y que vive desde la humildad, que no es capaz de echar en cara a nadie sino para dar las gracias, que es de esas personas que se tragan las lágrimas para sus adentros y siempre tiene un gesto amable, una palabra llena de cortesía, una mano firme que se apoya y te da apoyo. Lo admiro, respeto y quiero a la vez por su inquebrantable Fe en Cristo que como bien sabemos es el eterno Señor de la Esperanza.

Hombre que se pierde en esta bendita Isla por las calles menos transitadas, que recorre los senderos de ese eterno parque natural donde los sueños se ven más claros y los recuerdos se disipan en esa neblina que muchas veces envuelve todo. Hombre de rotundas verdades porque sabe, lo ha comprobado en su propio ser, que las medias tintas son las peores mentiras. Hombre que con solo mirarlo a los ojos sabes bien a las claras como está. Con lo fácil que es entender, comprender y hacer algo por los demás con solo detenerte en la mirada que nunca oculta, que nunca engaña.

Por ser quién eres Santi y sobre todo por ser como eres he querido dedicarte de forma expresa mi último artículo de este año 2017 que ya toca poco a poco a su fin porque te lo mereces sin más ni más aunque conociéndote como te conozco sé te producirá ese sonrojo natural que es propio de los que son mansos y humildes de corazón, de los que habiendo conocido los éxitos de vivir en el escaparate ahora siente esa fría soledad de los que viven en la tramoya. Eres un referente para mí y tu testimonio ante la vida es ejemplo para la mía.
Con este artículo dedicado a tan buen amigo, a tan buen hermano, quiero desearos a todos un inmejorable 2018 y que Dios reparta suerte.


Jesús Rodríguez Arias

ROCÍO JURADO Y RAPHAEL: LOS CAMPANILLEROS

NAVIDAD ES VILLALUENGA Y TAMBIÉN AÑO NUEVO


"TODO ES MÍO PORQUE DIOS ME LO HA DADO": ENTONCES COMPRENDO QUE SOLO PODEMOS DEVOLVER UN "¡¡GRACIAS!!".

Religión en Libertad

«Todo es mío porque Dios me lo ha dado»: entonces comprendo que solo podemos devolver un «¡Gracias!»
Jesús García

El final del año es un momento óptimo para dar gracias a Dios. ReL ha pedido a algunas personas una reflexión en este sentido, a modo de Te Deum. He aquí la del escritor y periodista Jesús García:


Agradezco a ReL la oportunidad de hacer algo que estimo muy sano y conveniente hacer mucho más de vez en cuando, que es detenerme un rato a poner negro sobre blanco algunos de los motivos reales que tengo para dar gracias a Dios. Simplemente eso, dar gracias por lo que tengo, para darme cuenta entonces de que todo es mío porque Dios me lo ha dado

Son muchas las veces en que atravesamos nuestra vida creyéndonos amos y señores de ella y de todo cuanto nos rodea, en que damos tantas cosas por supuestas, como si todo fuese nuestro por nosotros, y no por obra de Dios, cuando lo cierto es que, aunque nos lo creamos, ni somos tan estupendos ni podremos serlo como para construir realmente nuestra propia vida prescindiendo de Dios. Él nos ha dado la vida, los dones que tenemos, la salud de la que disponemos para realizar lo que hemos realizado, no más, y tampoco menos, y sin embargo, ¿cuantas veces actúo como si la vida me la hubiese dado yo, como si la salud y mis capacidades me las hubiese currado yo?
 
Este fin de año es un buen momento entonces para conmoverme agradecido y volver los ojos al cielo interior, en la oración, y como un niño que se sabe agraciado, decirle a Papá: Gracias, porque yo no puedo darte nada más que esto, las gracias, cuando Tú me has dado todo lo demás.
 
El Te Deum de Franz Joseph Haydn (1732-1809), interpretado por la Orquesta Sinfónica y Coro de la BBC bajo la dirección de Sir Andrew Davis.

Para evitar que este agradecimiento público a Dios se quede en una reflexión, para hacerla tangible, voy a enumerar algunas de esa cosas con las que me sé tan bendecido por la mano amorosa y providente de Dios. Doce razones para dar gracias a Dios, una por cada mes del año. Ahí van:
 
Enero:
Gracias por aquella invitación para viajar a México. La excusa fue presentar un libro en medios y en una universidad. El regalo que me llevé en todo eso fue visitar a Nuestra Madre de Guadalupe. Fueron solo unos minutos, pero como le dije a mi mujer al llegar a casa, "una de las tres experiencias más importantes de mi vida".
 
Febrero:
Gracias por el día a día, con los niños y con mi mujer. Febrero, tan normal, tan frío, tan rutinario... como tu Amor, que se derrama cada día incluso cuando dormimos, aunque no nos demos cuenta.
 
Marzo:
En un periquete nos encontraste una casa, ¡y qué casa! Mejoraba con creces nuestras expectativas. Cierto es que hicimos una novena  a San José y entre Tú y él os ocupasteis de todo. Aún no se nos ha borrado la sonrisa de la cara. ¡Qué fácil y que bueno todo!
 
Abril:
Disfrutando del nuevo entorno y creciendo hacia dentro con salud y trabajo. Gracias por cada uno de esos días.
 
Mayo:
Tras la mudanza, reemprendimos el grupo de oración en nuestra casa. Como siempre pasa, algunos se dieron de baja porque les pilla a desmano, pero no tardaron en venir los nuevos hermanos que nos has regalado en nuestro nuevo barrio. Gracias por ellos.
 
Junio:
La empresa crece. No digo que venda más, sino que crece. Te doy gracias porque siempre vas por delante y porque este, tu proyecto de Gospa Arts, es sorprendente.
 
Julio:
Test de embarazo, positivo. ¡Ya somos 5! Aunque no te veremos hasta el año que viene.
 
Agosto:
Un llamada equivocada de una persona dio pie a una invitación: una semana de vacaciones en Vigo con un buen amigo, sacerdote, al que no veía desde hacía unos cinco años. ¡Qué detallazo, Señor!
 
Septiembre:
¡El abono para el Bernabéu! Bien es cierto que no está siendo el mejor año para ir al estadio, pero esto lo teníamos Tú y yo hablado, Señor, y sabía que antes o después, llegaría. ¡Qué regalo tan tan grande! Estás pendiente siempre no solo de las necesidades, sino también de los anhelos de tus hijos.
 
Octubre:
Más la empresa crece. Salvamos una situación complicada de la forma en que Tú mejor sabes hacerlo: cuando no hay solución, la haces aparecer. Gracias porque jamás perdí ni la paz ni la confianza. ¡Ah! Se confirma que el que viene es un chico. ¡Se llamará Javier!
 
Noviembre:
Mi hijo mayor cumple 3 años. Eso lo encierra todo.
 
Diciembre:
Desde el día 3 mi madre descansa en el Cielo. Me sirve para descubrir de nuevo el inmenso tesoro regalado que es la fe, por la que se que, algún día, volveremos a vernos en un sitio en el que no hay nada más que alegría, sin sufrimiento. No es que tenga prisa en llegar allí, pero la fe me dice, ante estas despedidas, que es cuestión de tiempo. Sin prisa, todo sea dicho, pero sin sufrir de más. Y mi hija, la segunda, cumple 2 años.

* * *
 
Y sobre todo, gracias por el día a día, Dios mío, tan lleno de cosas que pasan desapercibidas pero nos dan la vida gracias a tu amor: la casa, la comida, el coche, la gasolina, el dinero en la cuenta, el trabajo, las salud para el trabajo, los compañeros, los amigos, el calor, la piscina, los bañadores y las toallas, la crema, el frío, la ropa para el frío, las risas de mis hijos, los juegos con mis hijos... Dios mío, ¿se puede no ser agradecido teniéndote como Padre y como Dios, a pesar de mí? 
 
Feliz 2018, porque lo mejor está por llegar.

Jesús García es periodista y autor de varios títulos de gran éxito, como Medjugorje, el primer gran libro-reportaje sobre el fenómeno; ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?, donde descubre a través de entrevistas las historias que hay detrás de diversas vocaciones religiosas femeninas contemplativas; o El Proyecto Magdala, sobre el descubrimiento arqueológico de una sinagoga donde predicó Jesucristo.


ICONO DE LA SAGRADA FAMILIA; POR EL PADRE RUPNIK




 
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Icono de la Sagrada Familia
abril 2012
 
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11 abril 2012

ÁNGELUS DEL PAPA: LAS FAMILIAS CUSTODIOS DE LA VIDA Y NO LOS PROPIETARIOS

VaticanNews

Ángelus del 31 de diciembre
“Jesús ha venido para hacer caer las falsas imágenes que nos hacemos de Dios y también de nosotros mismos”. Ángelus del Papa Francisco del último domingo de diciembre de 2017
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Esta es la misión a la cual está orientada la familia: crear las condiciones favorables para el crecimiento armonioso y pleno de los hijos, para que puedan vivir una vida buena, digna de Dios y constructiva para el mundo”, lo dijo el Papa Francisco antes de rezar la oración mariana del Ángelus del último domingo de diciembre del año 2017.

Los padres custodios de la vida del hijo, no los propietarios

En su alocución del primer domingo después de Navidad, en la que se celebra la Fiesta de la Sagrada Familia, el Santo Padre invitó a reflexionar sobre la experiencia vivida por María, José y Jesús, mientras crecen juntos como familia en el amor recíproco y en la confianza en Dios. “La expresión de esta confianza – afirmó el Pontífice – es el rito realizado por María y José con la ofrenda del hijo Jesús a Dios: «Llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor» (Lc 2,22), como exigía la ley de Moisés. Los padres de Jesús van al templo para confirmar que el hijo pertenece a Dios y que ellos son custodios de su vida y no los propietarios”.

Este gesto, precisó el Papa, indica que solamente Dios es el Señor de la historia individual y familiar; y que todo nos viene de Él y por ello, toda familia está llamada a reconocer tal primacía, cuidando y educando a los hijos a abrirse a Dios que es la fuente misma de la vida. “Por aquí pasa el secreto de la juventud interior, testimoniado paradójicamente en el Evangelio – señaló el Santo Padre – por una pareja de ancianos, Simeón y Ana. El viejo Simeón, en particular, inspirado por el Espíritu Santo dice a propósito del niño Jesús: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción […] así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos» (vv. 34-35)”.

El Niño Jesús nos revela el rostro auténtico de Dios

Estas palabras proféticas, afirmó el Papa Francisco, revelan que Jesús ha venido para hacer caer las falsas imágenes que nos hacemos de Dios y también de nosotros mismos; para “contradecir”, precisó el Pontífice, las seguridades mundanas sobre las cuales pretendemos apoyarnos, pero también dijo el Papa, para hacernos “renacer” a un camino humano y cristiano auténtico, fundado en los valores del Evangelio. “No existe alguna situación familiar – señaló el Pontífice – que esté cerrada a este camino nuevo de renacimiento y de resurrección. Cada vez que las familias, incluso aquellas heridas y marcadas por la fragilidad, fracasos y dificultades, regresan a la fuente de la experiencia cristiana, se abren caminos nuevos y posibilidades inesperadas”.

El gozo de ver crecer a los hijos con sabiduría y gracia

Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco recordó también, que hoy el Evangelio nos habla de esta gran alegría de la familia de ver crecer a los hijos. “Ellos están destinados a desarrollarse y fortificarse, a adquirir sabiduría y a acoger la gracia de Dios, justamente como sucedió a Jesús. Él es verdaderamente uno de nosotros: el Hijo de Dios se hace niño, acepta crecer, fortalecerse, está lleno de sabiduría y la gracia de Dios está sobre Él. María y José tienen el gozo de ver todo esto en su hijo; y esta es la misión a la cual está orientada la familia: crear las condiciones favorables para el crecimiento armonioso y pleno de los hijos, para que puedan vivir una vida buena, digna de Dios y constructiva para el mundo”.

LISTA DE ESPERA PARA SER EREMITA


Los monjes camaldulenses de Herrera (Burgos) viven como ermitaños en la única clausura de este tipo que hay en España
Llegar hasta Herrera, en el término municipal de Miranda de Ebro (Burgos), no es fácil. Una pista forestal, en invierno impracticable, permite su acceso desde la provincia de Burgos o La Rioja. Son cuatro kilómetros que, bien desde Ircio o bien desde Villalba de Rioja, se adentran en los Montes Obarenes, a cuyo abrigo se levanta un monasterio escondido tras un muro que rodea todo el recinto. En la entrada, presidida por una pintura con la imagen de Cristo, un alambre que finaliza en un pequeño aro invita a llamar. Suena la campanilla y nos recibe uno de los once frailes eremitas que actualmente forman esta comunidad camaldulense, la única que existe en España.
Su hábito de felpa de color claro, su amplia capa con la que se resguarda del frío –«aunque no me la suelo poner», asegura–, y su larga y poblada barba blanca, confieren al padre Pablo un aspecto más propio de la célebre obra de Umberto Eco. Pero no, lejos de lo que pudiera parecer, su vida eremita, donde la oración y el silencio soportan toda la jornada, se ha convertido en un atractivo para muchos jóvenes, hasta el punto de que actualmente hay cuatro postulantes «en lista de espera».
Uno de ellos, con tan sólo 21 años y después de haber convivido durante pequeñas temporadas en el monasterio, puede ser la próxima incorporación. Este repunte vocacional, que el fraile achaca a «la mano de Dios», ha obligado, incluso, a que la comunidad lanzase hace unos meses una petición pública para que, a través de donativos, se pudiese acometer la ampliación de las instalaciones.
El objetivo es poder incorporar, al menos, a un monje más y, ya de paso, acondicionar una pequeña habitación para las madres o hermanas cuando acuden a visitarles. Las mujeres tienen prohibido el acceso a las dependencias y están obligadas a permanecer en una fría sala de quince metros cuadrados que hay a la entrada. La llamada fue efectiva porque ya disponen de los 90.000 euros necesarios para que en breve puedan comenzar las obras.
«Silencio y retiro»
Pero, a pesar del interés que parece despertar ahora la vida eremita —curiosamente esta comunidad estuvo a punto de desaparecer varias veces en los años 80 y 90 al quedarse sin monjes—, el padre Pablo explica que no pueden ser más de doce o trece para, precisamente, «no complicar la vida de silencio y retiro». Tres de ellos proceden de Colombia, Italia y Corea; el resto son españoles.
Una vez cruzada la puerta que da acceso al recinto monacal, los restos del que fuera monasterio cirterciense, hoy en ruinas, se levantan imponentes. Junto a él, la capilla, en la que se reúnen los hermanos para sus celebraciones, que no son tantas como pudiera parecer, porque la mayor parte de la jornada la pasan en sus celdas, que constituyen un segundo espacio de intimidad, de aislamiento. Es la verdadera clausura. Nadie las visita, ni el peregrino ocasional ni los periodistas.
Desde fuera, parecen casitas de colonos, o modestas viviendas de antiguos asentamientos periféricos. Por dentro, austeras hasta el límite pero, eso sí, sin la sensación de agobio que podría imaginarse. ¿Por qué? El padre Pablo lo explica: siglos atrás, era el lugar reservado a los sacerdotes o, por defecto, a las personas que pasaban más horas en el habitáculo. Ello invitaba a, al menos, conferir al espacio alguna tibia comodidad, que se traduce en lo que en el lenguaje del interiorismo moderno se llamaría «cuatro ambientes»; a saber, la alcoba para dormir, una salita para leer y escribir, la estancia principal y un cuarto de baño, hoy ya dotado con agua caliente.
Todo ello templado, a duras penas, con la estufa de leña, similar al modelo que preside con insistencia las dependencias del cenobio. Nada de calefacción. En el exterior, un pequeño huerto, su parcela, que cada residente mima, aunque sólo dé modestas hortalizas y verduras: puerros, coles de Bruselas… ese tipo de manjares para una dieta casi vegetariana exenta de carne. En un pequeño estanque, crían truchas que luego consumen, pero ahora está a la espera de ser repoblado. Y junto a las plantaciones, un sendero que divide en dos la hilera de casitas, similar a un Belén, en plenos montes Obarenes, que comunica las viviendas con el edificio más próximo, la capilla, que recorren en la oscuridad de la madrugada y, lo que es más duro, con el frío del «romper del día».
Rondando la cuarentena
Porque, para estos once monjes eremitas, cuya media de edad ronda los 40 años (el mayor tiene 61), la jornada arranca a las 4.20 de la mañana, con oraciones y lecturas hasta las siete, hora a la que desayunan, aunque todas las comidas las hacen en la soledad de sus celdas. «Hemos optado por la vida solitaria, en un marco de pobreza y austeridad para vivir el Evangelio con radicalidad», explica el padre Pablo. Después, llegan tres horas de tareas: mantenimiento, huerta, limpieza, cocina, las colmenas… A las doce vuelven a la oración para, después de comer, pasar toda la tarde en la soledad de su habitáculo hasta las siete y media de la tarde, que cenan y, a las ocho, una pequeña reunión en comunidad que les lleva hasta las nueve, hora a la que se acuestan.
Viven de lo que producen, de los estipendios de los monjes sacerdotes y de unas pequeñas parcelas arrendadas a los agricultores de la zona, pero, sobre todo, de las ayudas del exterior, incluso del Banco de Alimentos.
Ni televisión, ni radio, ni aparatos electrónicos, ni conexión a internet. Sólo un teléfono móvil mantiene a los camaldulenses en contacto con el mundo, lo cual no es óbice para que no estén al tanto de lo más importante. «Nos enteramos por las revistas religiosas que nos llegan —vía apartado de correos— y porque, si es grave, nos informa el padre prior», detalla el monje, quien reconoce que «la comunicación con el exterior es muy limitada», aunque no lo suficiente como para no tener claro que «lo que pasa en Cataluña no tiene sentido».
«Nosotros consideramos que aportamos a la sociedad, a través de la oración, y nuestra función es buscar la unión con Dios, así que no tiene mucho sentido estar enterados de lo que pasa fuera», concluye el padre Pablo, quien reconoce que la conversación le ha resultado escasa.

¡FELIZ FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA!


¡Feliz fiesta de la Sagrada Familia!REDACCIÓN CENTRAL, 31 Dic. 17 / 12:02 am (ACI).- Hoy se celebra la fiesta de la Sagrada Familia y la Iglesia nos invita a mirar a José, María y al Niño Jesús, quienes desde un principio tuvieron que enfrentar peligros y el exilio a Egipto, pero demostrando que siempre el amor puede más que la muerte. Ellos son reflejo de la Trinidad y modelo de toda familia.

La fiesta de la Sagrada Familia, que se celebra dentro de la Octava de Navidad, es una celebración que motiva a profundizar en el amor familiar, examinar la propia situación del hogar y buscar soluciones que ayuden al papá, la mamá y los hijos a ser cada vez más como la Familia de Nazaret.

La vida familiar no puede reducirse a los problemas de pareja, dejando de lado los valores trascendentes, ya que la familia es signo del diálogo Dios – hombre. Padres e hijos deben estar abiertos a la Palabra y a la escucha, sin olvidar la importancia de la oración familiar que une con fuerza a los integrantes de la familia.

San Juan Pablo II recomendaba mucho el rezo del Santo Rosario dentro de las familias y tenía muy presente aquella frase que dice: “la familia que reza unida, permanece unida”.

* HA MUERTO JUAN PIÑA: DESCANSE EN PAZ.


Me acaban de comunicar el fallecimiento del Padre D. Juan Piña tras atravesar una dura enfermedad.

Yo personalmente lo conocí de mi etapa como miembro de la Junta de Gobierno de Afligidos cuando el Padre Juan Piña era Párroco de la del Santo Cristo de San Fernando y mis recuerdos con el sacerdote que hoy ha fallecido no pueden ser gratos tal y como bien podréis entender los que vivisteis esos años.

Ya cuando fue destinado a Cádiz a la Parroquia de Santo Tomás le perdí la pista aunque sabía de su labor al frente de las obras de ayudas al tercer mundo. Siempre generó personas muy afines a su forma de evangelizar y su predicamento.

En este día que nos ha dejado víctima de una dura enfermedad solo pido a Dios por su alma, que interceda, perdone sus pecados y le de el descanso eterno.

Y también rezo por las personas que lo quisieron y lo acompañaron en la singladura de su ministerio así como a los que no, entre los que me encuentro, para que el Señor nos ayude a tener cada vez más un corazón compasivo y misericordioso.

Descanse en Paz el Padre Juan Piña.

Jesús Rodríguez Arias 

SACAR LA BASURA; POR ENRIQUE GARCÍA-MÁIQUEZ



Juan Bonilla narraba en un poema que contaba sus historias de amor por el número de bolsas de basura bajadas de cada casa compartida. Es una imagen ácida. Me gusta, aunque mi imagen con las bolsas de basura es dulce o, mejor dicho, agridulce, que es mi sabor.

De pequeño, como era el mayor, mi encargo en casa, cuando nos ponían encargos, durante dos semanas después de alguna tutoría en el colegio, era sacar la basura. Era un encargo que exigía salir a la calle a horas excitantes y, encima, forzar los músculos adolescentes llevando a pulso la bolsa. Otro ejercicio de dureza era enfrentar los olores del contenedor y a los gatos que lo rondaban. Partidario desde chico del "tres en uno", vivía la noche, hacía pesas y agradaba a mis progenitores. Si no escribí un poema, fue porque entonces, pre-adolescente perdido, sólo escribía poemas de amor. 

Recién casado, mi mujer, en vista de mi inutilidad manifiesta, en el reparto de tareas volvió a asignarme, entre otros trabajos poco especializados, lo de la basura. Felizmente casado, ya escribía poemas que no eran de amor. Por tanto, una tarde-noche de verano, mientras de las casas de mis vecinos salían post-adolescentes reipeinados y se subían a sus motos rugientes entre risas, yo pergeñé este tanka: "Sobre esta hora/ solía yo salir/ con mis amigos,/ me acuerdo mientras salgo/ a tirar la basura".

Hace unos días, con los niños en ese punto de ebullición recalentada que sólo se alcanza tras una semana y media de vacaciones: gritos, carreras, peleas, risas, desorden y saltos, tras un día ajetreado de gestiones navideñas, me escabullí muy serio a cumplir mi sempiterno encargo y reincidí en el tanka: "El aire helado,/ dejar atrás el ruido,/ ver las estrellas…/ Noches en que sacar/ la basura es espléndido". Lamenté que el contenedor estuviese tan cerca.

A algunos la conciencia ecológica no les deja disfrutar del momento, pero yo saco la basura agradecido de que lo esencial se queda dentro, y de que cumplo de incógnito un rito de purificación. Son los restos de la batalla del día, y eso es una victoria (de incógnito). Hoy es el día de sacar los restos metafóricos de la batalla de todo el año, quedándonos con la victoria de haber llegado aquí y de celebrarlo. Como Enrique V sobre el campo de Agincourt, ¡quién se atreviese a repasar los despojos de su año cantando el Tedeum: "Non nobis, Dómine, non nobis/ sed nomine tuo da gloriam"!

ORACIÓN DE FIN Y PRINCIPIO DE AÑO


Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,
tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias
por todo aquello que recibí de TI.

Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto
fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que
pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos
y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,
las amistades nuevas y los antiguos amores,
los más cercanos a mí y los que estén más lejos,
los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,
con los que compartí la vida, el trabajo,
el dolor y la alegría.

Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón,
perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,
por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,
y perdón por vivir sin entusiasmo.



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También por la oración que poco a poco fui aplazando
y que hasta ahora vengo a presentarte.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente te pido perdón.

En los próximos días iniciaremos un nuevo año
y detengo mi vida ante el nuevo calendario
aún sin estrenar y te presento estos días
que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad
llevando a todas partes un corazón lleno
de comprensión y paz.

Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios
a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno
que mi espíritu se llene sólo de bendiciones
y las derrame a mi paso.

Cólmame de bondad y de alegría para que,
cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí
encuentren en mi vida un poquito de TI.

Danos un año feliz y enséñanos
a repartir felicidad.

Amén


DOCE CAMPANADAS

Para el nuevo año te ofrecemos doce frases, como doce campanadas:

1. Agradece el pasado como don de Dios.

2. Vive el presente con esperanzas y creatividad.

3. Di "sí" al paso de Dios por tu vida.

4. Confía, Dios te encomienda cosas grandes.

5. Valora lo pequeño, llegarás a lo grande.

6. Mira a la vida con sencillez y amor.

7. Ten buen humor, pase lo que pase.

8. Perdona y pide perdón.

9. Haz algo por el otro y serás feliz.

10. Atento, Dios te habla cada día.

11. Dios cuenta contigo.

12. Ama la vida, ama al mundo, ama a Dios.

QUE DIOS TE BENDIGA HOY Y SIEMPRE


UNA FAMILIA FELIZ PORQUE AHÍ ESTABA DIOS


Reflexiones Adviento y Navidad

Feliz porque ahí estaba Dios. Una familia feliz porque ahí se rezaba todos los días


Por: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net 



Hoy se celebra la fiesta de la Sagrada Familia. Una familia formada por José, María y el Niño Jesús. Era una familia muy pobre, tenía lo elemental para vivir. Sin embargo, ha sido la familia más feliz.

Feliz porque ahí estaba Dios. Una familia feliz porque ahí se rezaba todos los días. Feliz porque ahí se trabajaba con paz y con amor. Allí se amaba la vida, allí se amaban entre ellos con un grandísimo corazón.

¡Cuánto necesitamos nosotros que esa Sagrada Familia nos ayude a recuperar muchos valores familiares que se ha llevado el viento!

¡Oh Familia de Nazareth, qué pocos elementos te bastaron para ser una familia feliz y hermosa! ¡Cómo necesitamos que vuelvas a injertar en nuestros hogares, en nuestros corazones, esa maravillosa gama de virtudes que tiene la familia!

Todos los que quieran saber cuál es la familia más maravillosa deben visitar Nazareth, y preguntar a José a Jesús y a María cómo se puede ser feliz en familia.

LECTURAS Y EVANGELIO DEL DOMINGO

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Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiástico 3, 2-6.12-14

Dios hace al padre más respetable que a los hijos 
y afirma la autoridad de la madre sobre su prole.
El que honra a su padre expía sus pecados, 
el que respeta a su madre acumula tesoros;
el que honra a su padre se alegrará de sus hijos 
y, cuando rece, será escuchado;
el que respeta a su padre tendrá larga vida, 
al que honra a su madre el Señor lo escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, 
no lo abandones mientras vivas;
aunque chochee, ten indulgencia, 
no lo abochornes mientras vivas.
La limosna del padre no se olvidará, 
será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

Salmo

Sal 127, 1-2. 3. 4-5 R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

Dichoso el que teme al Señor 
y sigue sus caminos. 
Comerás del fruto de tu trabajo, 
serás dichoso, te irá bien. R.

Tu mujer, como parra fecunda, 
en medio de tu casa; 
tus hijos, como renuevos de olivo, 
alrededor de tu mesa. R.

Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor. 
Que el Señor te bendiga desde Sión, 
que veas la prosperidad de Jerusalén 
todos los días de tu vida. R.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12-21

Hermanos:
Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.
Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.
Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 22-40

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.»
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
–«Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre:
– «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.