martes, 1 de noviembre de 2016

LECTURA Y EVANGELIO SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS




Lectura del libro del Apocalipsis 7, 2-4. 9-14

Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles:
–«No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios.»
Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.
Después de esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz potente:
–«¡La victoria es de nuestro Dios, 
que está sentado en el trono, 
y del Cordero!»
Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios, diciendo:
–«Amén.
La alabanza y la gloria y la sabiduría
y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza
son de nuestro Dios, 
por los siglos de los siglos. Amén.»
Y uno de los ancianos me dijo:
–«Ésos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le respondí:
–«Señor mío, tú lo sabrás.»
Él me respondió.
–«Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero.»

Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 R. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, 
el orbe y todos sus habitantes: 
él la fundó sobre los mares, 
él la afianzó sobre los ríos. R.

¿Quién puede subir al monte del Señor? 
¿Quién puede estar en el recinto sacro? 
El hombre de manos inocentes 
y puro corazón, 
que no confía en los ídolos. R.

Ése recibirá la bendición del Señor, 
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor, 
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-3

Queridos hermanos:
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manífieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí, mismo, como él es puro.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentio, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:
–«Dichosos los pobres en el espíritu, 
porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos los sufridos, 
porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que lloran, 
porque ellos serán consolados.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, 
porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, 
porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, 
porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, 
porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, 
porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.»


Lectio Divina #OP800

Lectio Divina #OP800La Orden de Predicadores ofrece, a lo largo del 2016, una propuesta de Lectio Divinapara el Evangelio de cada día, preparada por distintos miembros de la Familia Dominicana de todo el mundo. Te invitamos a este encuentro con la Palabra de Dios, disponible gratuitamente en la página internacional del Jubileo:

Ahora somos hijos de Dios


Al menos en estas tierras, el Día de Todos Los Santos, aún siendo mayor su importancia litúrgica y su carácter festivo, queda bastante eclipsado por el siguiente, el de Difuntos. Las gentes -creyentes o no- ocupan la fiesta en acudir a los cementerios para honrar a los suyos: limpiar los nichos, adecentar las lápidas, poner flores. Quienes se dedican a su venta hacen el agosto en noviembre pero lo peor es que una fiesta tan especial, en la que celebramos a quienes pasaron por la tierra y fueron considerados por la Iglesia seres excepcionales pasa totalmente desapercibida y ¡menuda desgracia!, ha sido teñida de un baño de dolor, tristeza y muerte.
Queremos reivindicar la celebración del día de Todos Los Santos como lo que es, la gran fiesta de todos y todas nuestros predecesores que pasaron por esta tierra como Jesús, predicando y haciendo el bien. Como veremos, no se trata sólo de un bien moral, sino de un bien de carácter ético, hacia quienes les rodeaban, un buen político, transformador. Nuestros santas y santas, a pesar de las evidencias, dejaron el mundo mejor de lo que se lo encontraron y eso es motivo, claro que sí, de hacer una gran fiesta.
Comunidad El Levantazo 
Valencia 

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