Último domingo de este mes de noviembre que nos invita a la oración y el recuerdo de todos los que marcharon a la Casa del Padre. Treinta días en los que se han celebrado y celebran funerales, misas de difuntos, donde se reza, donde se recuerda.
Por eso os comparto este artículo publicado en exclusiva en INFORMACIÓN en el apartado que dirige y coordina mi buen hermano Pepe Moreno Fraile y que lleva por título: "Rezar por los que han muerto".
Jesús Rodríguez Arias
REZAR POR LOS QUE HAN MUERTO
Es a lo que
este mes nos invita y recuerda ya que cada día 2 de noviembre se conmemora a
los Fieles Difuntos.
Estimo que
es necesario el orar por nuestros difuntos y también por todos los que
marcharon al encuentro de Dios. Pienso que es una inmensa obra de caridad el
rezar por las almas del Purgatorio y por todos los que ya no están con
nosotros.
La vida como
la muerte son los grandes misterios a los que nos debemos enfrentar y además
hacerlo en esa soledad en la que estamos Dios y nosotros pues aunque estemos rodeados
de personas queridas, personal sanitario, sacerdotes y religiosos que nos
allanan el camino, al final eres tú y Él.
Nacemos y
morimos de la misma manera: ¡Desnudos! Aquí en la tierra dejamos todo lo que no
necesitamos porque bien es sabido que al final de nuestros días el Señor nos
juzgará por cuantas obras de Amor hayamos realizado. Para Dios no tiene valor
ni el dinero, las posesiones, las altas dignidades y tratamientos que
atesoremos, sino cuanto Bien hemos sabido hacer en nuestra vida mortal que
debemos concebirla como un carril de aceleración hacia el mismo cielo. Triste
es el que se conforma solamente con las cosas del mundo pues al final su etapa
se acaba y se da cuenta bastante tarde cual es la verdadera realidad de la
vida.
Por eso sé
de la importancia que tiene el rezar por los difuntos, por nuestros muertos,
por todos aquellos que habiendo partido todavía necesitan nuestras oraciones
como el mejor de los salvoconductos para estar junto a Jesús Resucitado.
En estos 30
días se están celebrando los tradicionales funerales o Misas de Difuntos que
organizan cada Hermandad, cada Institución o realidad eclesial que es de vital
importancia para la salvación de todos los que han fallecido. ¿Cuántos se habrán
salvado por esa Eucaristía, por el rezo del Santo Rosario, por un Padre
Nuestro, ofrecido por el descanso eterno de las almas? ¿Cuántas veces hemos
asistido a alguna Misa para quedar bien con los familiares y no hemos prestado
la suficiente atención al alma del fallecido que necesita ansiosamente de
nuestras plegarias?
Pertenezco a
la jerezana Hermandad de la Sacramental de Santiago y esta tiene como principal
titular a Jesús Sacramentado aunque también lo comparte con el Cristo de las
Almas y Nuestra Señora de la Paz. Un día hablando con un querido amigo y
hermano me resaltó la importancia de que las almas sean titulares de esta
antigua y Sacramental Corporación pues cuando nos toque morir seremos nosotros
también titulares de la misma y mientras esta exista no faltará quién rece por
nuestra salvación aun pasen los años y los siglos. Esto también pasa de manera
muy concreta en la isleña Archicofradía de Medinaceli con las Ánimas Benditas
del Purgatorio.
Todos los
que nos reunimos alrededor de la mesa eucarística y ofrecemos dicha celebración
junto a nuestras oraciones por el eterno descanso de los que han fallecido,
estén cercanos o lejanos en el tiempo, estamos realizando una extraordinaria y
preciosa obra de misericordia llena de caridad que hará mucho bien a los encomendados
así como a nosotros mismos.
Siempre me
acuerdo cuando un día Hetepheres y yo visitamos por estas fechas el romántico
cementerio de Villaluenga del Rosario que está cobijado en la antigua Iglesia
del Salvador y que fue incendiado por las tropas napoleónicas en la Guerra de
la Independencia. Este coqueto y único Camposanto que está cobijado en la
ladera del Caíllo estaba rebosante de flores. Entramos con respeto y mucho
cariño pues ya hay muchos queridos amigos que en él descansan y nos pusimos a
rezar. Una vecina que siempre va con el rosario en la mano nos pidió que lo
hiciéramos también por las almas de esos a los que nadie les reza. Desde
entonces siempre los encomiendo sea el día o mes que sea. Sí, es necesario orar
por los difuntos olvidados.
No es el mes
de noviembre solo para la normal tristeza y la lógica melancolía sino también
para la oración, el recuerdo y sobre todo la esperanza.
Jesús
Rodríguez Arias
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