domingo, 27 de noviembre de 2016

* REZAR POR LOS QUE HAN MUERTO.




Último domingo de este mes de noviembre que nos invita a la oración y el recuerdo de todos los que marcharon a la Casa del Padre. Treinta días en los que se han celebrado y celebran funerales, misas de difuntos, donde se reza, donde se recuerda.

Por eso os comparto este artículo publicado en exclusiva en INFORMACIÓN  en el apartado que dirige y coordina mi buen hermano Pepe Moreno Fraile y que lleva por título: "Rezar por los que han muerto".

Jesús Rodríguez Arias 








REZAR POR LOS QUE HAN MUERTO


Es a lo que este mes nos invita y recuerda ya que cada día 2 de noviembre se conmemora a los Fieles Difuntos.

Estimo que es necesario el orar por nuestros difuntos y también por todos los que marcharon al encuentro de Dios. Pienso que es una inmensa obra de caridad el rezar por las almas del Purgatorio y por todos los que ya no están con nosotros.

La vida como la muerte son los grandes misterios a los que nos debemos enfrentar y además hacerlo en esa soledad en la que estamos Dios y nosotros pues aunque estemos rodeados de personas queridas, personal sanitario, sacerdotes y religiosos que nos allanan el camino, al final eres tú y Él.

Nacemos y morimos de la misma manera: ¡Desnudos! Aquí en la tierra dejamos todo lo que no necesitamos porque bien es sabido que al final de nuestros días el Señor nos juzgará por cuantas obras de Amor hayamos realizado. Para Dios no tiene valor ni el dinero, las posesiones, las altas dignidades y tratamientos que atesoremos, sino cuanto Bien hemos sabido hacer en nuestra vida mortal que debemos concebirla como un carril de aceleración hacia el mismo cielo. Triste es el que se conforma solamente con las cosas del mundo pues al final su etapa se acaba y se da cuenta bastante tarde cual es la verdadera realidad de la vida.

Por eso sé de la importancia que tiene el rezar por los difuntos, por nuestros muertos, por todos aquellos que habiendo partido todavía necesitan nuestras oraciones como el mejor de los salvoconductos para estar junto a Jesús Resucitado.

En estos 30 días se están celebrando los tradicionales funerales o Misas de Difuntos que organizan cada Hermandad, cada Institución o realidad eclesial que es de vital importancia para la salvación de todos los que han fallecido. ¿Cuántos se habrán salvado por esa Eucaristía, por el rezo del Santo Rosario, por un Padre Nuestro, ofrecido por el descanso eterno de las almas? ¿Cuántas veces hemos asistido a alguna Misa para quedar bien con los familiares y no hemos prestado la suficiente atención al alma del fallecido que necesita ansiosamente de nuestras plegarias?

Pertenezco a la jerezana Hermandad de la Sacramental de Santiago y esta tiene como principal titular a Jesús Sacramentado aunque también lo comparte con el Cristo de las Almas y Nuestra Señora de la Paz. Un día hablando con un querido amigo y hermano me resaltó la importancia de que las almas sean titulares de esta antigua y Sacramental Corporación pues cuando nos toque morir seremos nosotros también titulares de la misma y mientras esta exista no faltará quién rece por nuestra salvación aun pasen los años y los siglos. Esto también pasa de manera muy concreta en la isleña Archicofradía de Medinaceli con las Ánimas Benditas del Purgatorio.

Todos los que nos reunimos alrededor de la mesa eucarística y ofrecemos dicha celebración junto a nuestras oraciones por el eterno descanso de los que han fallecido, estén cercanos o lejanos en el tiempo, estamos realizando una extraordinaria y preciosa obra de misericordia llena de caridad que hará mucho bien a los encomendados así como a nosotros mismos.

Siempre me acuerdo cuando un día Hetepheres y yo visitamos por estas fechas el romántico cementerio de Villaluenga del Rosario que está cobijado en la antigua Iglesia del Salvador y que fue incendiado por las tropas napoleónicas en la Guerra de la Independencia. Este coqueto y único Camposanto que está cobijado en la ladera del Caíllo estaba rebosante de flores. Entramos con respeto y mucho cariño pues ya hay muchos queridos amigos que en él descansan y nos pusimos a rezar. Una vecina que siempre va con el rosario en la mano nos pidió que lo hiciéramos también por las almas de esos a los que nadie les reza. Desde entonces siempre los encomiendo sea el día o mes que sea. Sí, es necesario orar por los difuntos olvidados.

No es el mes de noviembre solo para la normal tristeza y la lógica melancolía sino también para la oración, el recuerdo y sobre todo la esperanza.

Jesús Rodríguez Arias

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