Sevilla (Lunes, 28-11-2016, Gaudium Press) Las Capilla Real de la Catedral de Sevilla acogió el domingo 27 de noviembre la clausura de la fase diocesana del proceso de beatificación y canonización de 21 mártires sevillanos, entre ellos 10 sacerdotes, 10 laicos y un seminarista, que fueron perseguidos en 1936, durante la Guerra Civil Española. El acto fue presidido por Mons. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo local, quien acudió en compañía de Teodoro León, Vicario General de la diócesis y postulador de la casusa en su fase diocesana.
"La encabeza el Siervo de Dios Manuel González-Serna Rodríguez, párroco del citado pueblo de la Sierra norte, donde fue asesinado y cuya fama de santidad era notoria antes de su martirio acaecido el 23 de julio de 1936. Entre los seglares contamos con dos abogados, un farmacéutico, un sacristán, un carpintero, un empleado de banca, un empleado municipal y dos propietarios. Cuatro de ellos eran solteros y seis casados. El más joven, con 19 años, era el seminarista Enrique Palacios Monrabá, que murió junto a su padre Manuel Palacios Rodríguez en Cazalla de la Sierra", explicó Mons. Asenjo en una carta pastoral que dirigió a los fieles de la diócesis con motivo del cierra de la etapa diocesana.
La clausura de la fase diocesana ocurrió en la Catedral de Sevilla / Foto: Archidiócesis de Sevilla. |
La mayoría de los mártires hacían parte de la Adoración Nocturna, a la Acción Católica o eran militantes en defensa de la iglesia en la vida pública. Su martirio llegó, como ocurrió con los mártires ya declarados del a Guerra Civil, "por su condición de cristianos fervientes", comentó el prelado.
"Todos ellos son honra y prez de nuestra Iglesia particular, hitos gloriosos de nuestra historia diocesana. Ellos son el paradigma de lo que debe ser una vida cristiana piadosa y santa, generosa, consecuente y fiel. Ellos, junto con los demás santos sevillanos de todas las épocas, constituyen nuestro patrimonio más preciado, un auténtico patrimonio de santidad. Todos ellos murieron perdonando a sus verdugos y fueron varios a los que se les ofreció la libertad a cambio de apostatar de su fe, resistiendo los halagos de quienes les juzgaba", destacó.
La apertura de la causa de los mártires ocurrió el 3 de octubre de 2014. Tiempo a partir del cual se reunieron los datos, testimonios y escritos que hablan del martirio de sus protagonistas. Documentos que se entregarán a la Congregación para las Causas de los Santos, quienes tendrán a cargo la tarea de verificar el testimonio del martirio de los 21 sevillanos.
"Sólo pretendemos honrar a nuestros mártires, dar a conocer a toda la Iglesia el heroísmo y la fortaleza de quienes murieron por amor a Jesucristo y mostrar a los cristianos de hoy el testimonio martirial de su vida cristiana vivida hasta sus últimas consecuencias. Efectivamente, todos ellos son modelos y testigos del amor más grande, pues fueron cristianos de profunda vida interior, devotos de la Eucaristía y de la Santísima Virgen. Vivieron cerca de los pobres y fueron apóstoles convincentes de Jesucristo", añadió Mons. Asenjo.
Con información de la Archidiócesis de Sevilla.
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