PSOE, Ciudadanos, IU, Podemos y varios colectivos LGTB señalarán desde el Ayuntamiento de Getafe, el próximo miércoles, a los católicos heterosexuales como cúspide de la «pirámide social de la discriminación»
El Ayuntamiento de Getafe aprobará este miércoles una moción a propuesta de todos los grupos, excepto del PP, que establece que el perfil de la persona homófoba es el de un «varón, heterosexual, delgado, blanco y de la fe mayoritaria»; es decir, la católica. Este «Manifiesto por el día internacional del orgullo LGTBI+», redactado por los colectivos UC3M LGTB+, Colegas Getafe y Gaytafe LGTBI+, contará con el apoyo del PSOE (la alcaldesa, Sara Hernández, es también líder de los socialistas madrileños), Izquierda Unida, Ahora Getafe (marca municipal de Podemos) y Ciudadanos.
El PP es el único grupo que votará en contra. En un comunicado recrimina el apoyo del resto de ediles a un texto «cargado de sectarismo, que discrimina a la población por motivos como la apariencia física, el nivel de renta económica o las creencias religiosas».
Joven, clase media, delgado, heterosexual… y católico
El texto, al que ha tenido acceso ABC, defiende otras reivindicaciones, como la igualdad de todos los ciudadanos o los derechos de los refugiados/as LGTB+;pero, a renglón seguido, aseguran que existe la «pirámide social de la discriminación», en cuya cúspide se encuentra «el hombre blanco, heterosexual y cisexual (aquel que no es transexual)».
La descripción no termina ahí, pues se dan mas detalles: el homófobo, según esta tesis, es de «clase media o alta, sin diversidad funcional, joven y delgado. Incluso perteneciente a la fe mayoritaria», en referencia al catolicismo.
«Motivos burdos»
El Partido Popular de Getafe no comparte que «un varón al que se pueda identificar con esas características sea, obligatoriamente, una persona que discrimine y que atente contra la diversidad sexual ni contra la igualdad de trato».
Antonio José Mesa, portavoz adjunto de los populares getafenses, critica que «sus autores, por un lado, reclaman tolerancia y respeto; y, por el otro, hacen un flagrante ejercicio de discriminación de la población por motivos tan burdos como la apariencia física, el nivel de renta económica o las creencias religiosas».
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