Así, el traslado oficial de la parroquia se llevó a cabo el pasado 17 de julio donde a las 20.00 horas se ponía en marcha el cortejo desde la iglesia castrense. Dicho cortejo estuvo formado por los componentes de la Hermandad de Nuestra Señora de los Desamparados, que caminaban tras la cruz parroquial acompañando a su imagen Titular, tras ellos los hermanos de la Cofradía de la Expiración precedían a sus imágenes Titulares, el Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de la Victoria, cerraba el cortejo los miembros de la junta de gobierno de la Hermandad del Santo Ángel Custodio, la Asociación de Señora de Santa Bárbara, la Asociación de Damas de la Inmaculada, miembros de Cáritas parroquial, catequistas y demás feligreses que acompañaban en tan histórico momento al párroco que cerraba el cortejo donde se iba rezando el Santo Rosario.
Una vez llegados a la feligresía de Ntra. Sra. de la Palma, el párroco y sus grupos parroquiales se incorporaron al cortejo acompañándonos hasta el templo de destino.
Sobre las 21.00 horas se llegaba a la Iglesia de Santa Catalina. Una vez dentro el párroco, Padre César, dedicó unas palabras de agradecimiento tanto al Obispo como al párroco que nos acogía, expresando por un lado la tristeza de los que se han ido de su casa pero por el otro la alegría por la mejoría del templo y la esperanza puesta ya en una vuelta muy favorable por nuestro crecimiento como parroquia para mayor gloria de Dios. A continuación, el Padre Juan Enrique dio la bienvenida a la feligresía reflexionando sobre la obra de misericordia “dar cobijo al forastero”. El acto concluyó con el rezo del Padrenuestro al Santísimo Cristo de la Expiración y el canto de la Salve a Nuestra Madre.
Una vez realizados los trabajos de adecentamiento del templo de Santa Catalina, la iglesia abrió al culto el pasado 24 de julio. La actividad parroquial se continuará en el centro Padre Luis León Muñoz, anexo a la parroquia castrense.
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