Noticia digital (24-X-2014)
Miguel Ángel Velasco, director hasta abril pasado del semanario Alfa y Omega, recibirá este viernes por la tarde, en la sede del obispado de Madrid (calle Bailén, 8), la Cruz de Caballero de la Orden de San Gregorio Magno. En su último acto como arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco entregará cinco distinciones pontificias.
Además de Miguel Ángel Velasco, entrarán como caballeros en la Orden Antonio Troncoso de Castro, promotor y Presidente del Proyecto Gallego de dotación de campanas a la catedral de la Almudena; Manuel Gómez del Río, ex Subdirector de Cáritas Madrid; y Aniceto Arnés Carrasco, miembro del Consejo de Asuntos Económicos de la archidiócesis de Madrid. Por su parte, Eugenia Kirkpatrick Mendado, Presidenta de la Adoración Nocturna Femenina, será distinguida como Dama de la Orden de San Gregorio Magno.
Ofrecemos a continuación una entrevista con Miguel Ángel Velasco, con motivo de este reconocimiento:
¿Cómo ha recibido la noticia?
El Papa actual habla del Dios de las sorpresas, y desde luego ésta ha sido una sorpresa; una sorpresa muy agradable y gratificante. Lo que más me agrada es el reconocimiento eclesial que supone para Alfa y Omega, este milagro semanal. El respaldo entre sus creyentes es creciente, y es muy importante que desde arriba también lo tenga. Espero de verdad que los 20 años que ha cumplido Alfa y Omega sean sólo los primeros.
Es también un reconocimiento a toda una carrera informando al servicio de la Iglesia. ¿Con qué se queda de todos estos años?
Lo resumo de todo corazón en una sola frase: es una auténtica gozada dedicar la vida a lo mejor y con los mejores. Más allá de las zancadilla, los problemas, las dificultades... trabajar en lo que a alguno le gusta, en el servicio a Dios Nuestro Señor y a los hermanos es lo mejor de la vida. Si algo es Dios Nuestro Señor es comunicación de amor, y si algo es el Evangelio es buena noticia. Que un periodista o un semanario cristiano cumpla lo mejor que sepa y pueda aquello que es Evangelio puro es una gozada.
La entrega de esta condecoración es el último acto del cardenal Rouco como arzobispo de Madrid. ¿Qué legado deja en esta archidiócesis?
No tenemos la perspectiva histórica suficiente para valorar un pontificado como el de don Antonio. Pero no arriesgo ni un poco diciendo que ha sido uno de los más fecundos de la Iglesia en España desde hace muchísimo tiempo. No merece algunos tratamientos un poco ruines y miserables que está habiendo últimamente. Pero en Galicia hay un refrán muy bonito: Nunca choveu que non escampara: nunca llovió que no escampara. Lo importante es, como dice el cardenal, el servicio a Dios Nuestro Señor y la salvación de las almas.
María Martínez López
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