EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Señor, tú me sondeas y me conoces: me conoces cuando me siento y me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares" (Salmo del día). Este salmo nos ayuda a descubrir la doble vida que, a veces, llevamos. Me explico: ¿quién no ha discutido alguna vez con su cónyuge, hijos, padres, ...? ¿Quién no se ha dejado llevar por su debilidades y pecados? ¿Quién no ha "perdido los papeles" en algún momento? ¿Quién no se ha dejado llevar por su temperamento? ¿Quién no se ha dejado llevar por la pereza?... y es que todo esto se "nos cuela" con mucha facilidad y sutileza. Y el hecho de que Dios "vea" mis actos –buenos y malos– me ayuda a no desviarme de su voluntad. No es que Dios te esté "vigilando" a ver donde caes, sino que te mira con amor y ternura para hacerte consciente de tu fragilidad. El salmo 120 nos ayuda, también, a entender esta "mirada": "No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme". Pidamos a Dios lucidez para descubrir mis "caídas". Santa María de Caná, ruega por nosotros.
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