Solemnidad de san Pedro y san Pablo
Publicado: 25 de Junio, 2014Actualizado: 11:27 - 25 de Junio, 2014
Opinión
Por: Juan Ángel García Álvarez
Celebramos el próximo domingo 29 de junio la solemnidad de san Pedro y san Pablo que nos invita a reflexionar sobre el fundamento de nuestra fe y a dar gracias a Dios por la Iglesia a la que hemos sido incorporados por el bautismo como miembros vivos.
En este día festejamos a los dos mártires, columnas de la Iglesia. Pedro, elegido por Cristo para ser «la roca»: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,16). Su oficio pastoral como cabeza de los demás apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia y se continúa por los obispos bajo el primado del Papa. Pedro, a pesar de su fragilidad e inconvenientes (Hch 5,41) acepta apasionado, con humildad y con valor su misión lleno del Espíritu Santo (Hch 4,8). Es el amigo entrañable de Jesús elegido, que se arrepiente de haber negado al maestro, que reconoce al Dios hecho hombre, al Mesías prometido: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,16).
Pablo, conquistado por la gracia divina en el camino de Damasco, de perseguidor de los cristianos se convirtió en apóstol de los gentiles entregándose sin reservas a la causa del Evangelio. El apóstol incansable que anunciaría la buena nueva de la salvación en Cristo Jesús por todas partes hasta derramar incluso su sangre por esa misión, tarea que no podía declinar: “Ay de mí si no evangelizare” (1 Co 9,16).
La liturgia eucarística nos recuerda que hoy es un día para agradecer la fe apostólica, que es también la nuestra, proclamada por estas dos columnas con su predicación: «Pedro, primer predicador de la fe; Pablo, maestro esclarecido de la verdad» (Prefacio). Hoy contemplamos aquello que permite nombrarlos como «primeros predicadores del Evangelio» (Colecta): con su martirio confirmaron su testimonio.
La fe de los apóstoles es la fe de la Iglesia una, santa, católica y apostólica que desde sus orígenes hasta nuestros días una multitud de cristianos de todas las épocas, edades y culturas ha proclamado unánimemente por encima de otras diferencias. El reconocimiento de esta misma fe y el agradecimiento por el don recibido desde nuestro bautismo nos invita a salir de nosotros mismos y compartir este don con otros desde el propio testimonio.
El misterioso itinerario de fe y de amor que condujo a Pedro y a Pablo de su tierra natal a Jerusalén, luego a otras partes del mundo y por último a Roma, constituye en cierto sentido un modelo del recorrido que todo cristiano está llamado a realizar para testimoniar a Cristo. Cada uno de nosotros somos también llamados, como Pedro y Pablo, a dar testimonio de Cristo por medio de nuestra vida, de nuestra palabra, de nuestras obras. Aunque pensemos que vivimos en una sociedad «aparentemente» cristiana sin embargo son muchos los que aún no conocen o aman a Jesucristo. Esta realidad debe ser un desafío para todo cristiano que debe llevar a evangelizar allí en el lugar que Dios lo ha colocado.
Que el celo apostólico y la estrecha amistad establecida entre Nuestro Señor Jesucristo y estos dos mártires de la fe nos estimule, desde nuestra adhesión afectiva y efectiva al vicario de Cristo en la tierra, a «Instaurare omnia in Christo».
- See more at: http://www.obispadodecadizyceuta.org/noticia/solemnidad-san-pedro-san-pablo#sthash.Dj5LcWxR.dpuf
No hay comentarios:
Publicar un comentario