EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios." (Lectura de Laudes). A veces pensamos, ingenuamente y píamente, que la vida con Dios es un "camino de rosas", todo muy angélico, idílico y "pastelero". Pero Dios quiere que vivamos, y con alegría, nuestra contingencia, nuestra humanidad, nuestros esfuerzos, estar en el mundo (como sal y luz), para que lo transformemos desde sus entrañas, desde el "tú" a "tú". Y, en este vivir cotidiano, el Señor nos anima a mantenernos firmes, a ser perseverantes, a defender nuestro ser cristianos a pesar del martirio diario y de la brega constante, animando a otros a permanecer fiel a la Palabra y a la fe. San Juan, en el Oficio de Lecturas, nos da nuevas razones: "Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud". Daros cuenta de la importancia: ¡su amor (el de Dios) en nosotros llega a su PLENITUD!. Sigue, Señor, dándonos capacidad y aliento para la lucha diaria, constancia en la oración y el trato contigo, vigor para mantenernos firmes y razones para no desfallecer. Santa María, Alegría de nuestro vivir, ruega por nosotros.
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