El Papa «ha apreciado vivamente» la carta de felicitación que le enviaron los obispos españoles con motivo de su primer año de pontificado. Así lo ha transmitido la Secretaría de Estado de la Santa Sede mediante una carta al Presidente de la Conferencia Episcopal Española. El Santo Padre «pide al Señor que los acompañe con su gracia en sus esfuerzos por intensificar la proclamación del Evangelio y el testimonio de caridad, compartiendo con todos la alegría que supone seguir a Jesucristo, cultivar su amistad y acoger con sencillez su palabra de salvación»
Noticia digital (02-IV-2014)
El Papa Francisco ha agradecido cordialmente el mensaje enviado por el Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Ricardo Blázquez, remitido en nombre de todos los obispos reunidos del 11 al 14 de marzo en Asamblea Plenaria. En aquel Mensaje, monseñor Blázquez afirmaba que este año de pontificado «ha supuesto para todos una verdadera gracia de Nuestro Señor (...) Su persona y magisterio están siendo para nosotros un magnífico ejemplo de pastoreo eclesial y afán evangelizador».
La Secretaría de Estado de la Santa Sede ha enviado una carta al Presidente de la CEE a través de la Nunciatura Apostólica en España. En ella, se asegura que el Papa agradece cordialmente el mensaje con el que «han querido hacerle presente su profundo afecto y su cercanía espiritual».
El Santo Padre -se puede leer en el texto- «ha apreciado vivamente este elocuente gesto de comunión eclesial y evocando con gozo los recientes encuentros mantenidos con ocasión de la Visita ad limina apostolorum, pide al Señor que los acompañe con su gracia en sus esfuerzos por intensificar la proclamación del Evangelio y el testimonio de caridad, compartiendo con todos la alegría que supone seguir a Jesucristo, cultivar su amistad y acoger con sencillez su palabra de salvación, fuente de inspiración para construir cada día una sociedad más justa y solidaria, más concorde y fraterna».
«Con todos estos deseos -concluye la carta- el Papa Francisco, a la vez que ruega que sigan rezando por él y su ministerio como Sucesor de Pedro, encomienda a los pastores y fieles de esa amada nación al amoroso amparo de María Santísima y les imparte de corazón un especial bendición apostólica prenda de copiosos favores divinos».
Alfa y Omega
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