EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Jesús, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos". Muy conocida esta lectura de san Juan y con una intención muy clara: Jesús se hace servidor, lo materializa con este gesto y lo culmina en la cruz. Si la enlazamos con un párrafo anterior "habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo", podremos, y nos es nada nuevo, tomar consciencia en otra dimensión de este acto: Jesús se hace el último. Donde yo vaya, en lo que yo haga, en lo que yo piense, ¡en mi vivir!, Jesús permanece conmigo, cuida mis pasos, protege mi existencia. No como un vigilante de mi vida, sino como el amigo que sirve. Y no tiene ningún reparo en hacerlo, es más, para ello ha venido. Y, Jesús, no empieza a "limpiarte" por lo fácil, comienza por lo más sucio, por los pies, donde se nos pega el "fango" de nuestra vida, la "mugre" de nuestra existencia. Jesús es un maestro en ultimidad y así nos lo enseña. Señor, dame docilidad para, con los hombres, mis hermanos, hacerme el último, que me levante presto y que me quite el "manto", ciñéndome con tu verdad, ejemplo y con tu presencia, para servir. Santa María, Virgen sencilla, ruega por nosotros.
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