Señores Reyes de Oriente, no nos vayan a olvidar y vengan posiblemente en tren, para no tardar.
Pueden seguir los destellos de la estrella de Belén,
pero venirse en camellos, hoy día no queda bien.
Quiero que sepan también, por si nunca lo han notado,
que hay un chico muy de bien, pero muy pobre aquí al lado.
Tal vez no tenga botines que poner en la ventana
y haciendo tristes mohínes se venga a vernos mañana.
Su madre cose y apenas le alcanza para vivir.
¡Los dos pasan penas! ¡Eso no puede seguir! Ustedes, señores reyes, que iban buscando al Dios Niño,
y lo hallaron entre bueyes y le dieron su cariño,
acuérdense del de al lado, que siempre nos ve jugar,
encogidito y callado, sin reírse, sin chistar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario