¿Cuánto dinero se necesitaría para que te sintieras a gusto?
Algunos estudios han indicado que ganes lo que ganes, tu zona de confort se hallará siempre justo un poco más alta. Parece como si la mayoría de nosotros creyéramos que finalmente nos sentiríamos contentos si ganásemos más dinero cada año.
Si nos valoramos a nosotros mismos meramente por lo que poseemos, siempre seremos pobres. Sólo cuando comprendemos que Dios nos valora por lo que somos, no por lo que tenemos, nos volvemos ricos más allá de toda medida.
¿En qué modo me afecta mis ingresos lo que pienso de mí mismo?
¿Cuáles considero mis mayores tesoros?
Para finalizar, os hago llegar esta última reflexión: No soy mi dinero, puedo ser rico, cualquiera que sean mis circunstancias.
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