"El juramento" así se titula mi artículo de este lunes en Información San Fernando y con él quiero explicar lo que pienso sobre este asunto entre otros...
Sin más, os dejo con su lectura.
Jesús Rodríguez Arias
En esta España aconfesional que no laicista que nos alumbra todavía son muchos los que piensan según reminiscencias del pasado y por eso nos alegra tanto ver a los políticos y cargos públicos engrosar actos, cultos y procesiones cuando en verdad en algunos no tendrían que ser ni invitados salvo que el evento se celebre en local público que lo normal y corriente es que si cuenten con ellos por puro protocolo.
Lo mismo pasa cuando los altos cargos juramentan sus cargos ya sea presidente del gobierno, ministro, diputado, senador, parlamentario o concejal de turno y lo hacen sin ningún símbolo religioso, la cruz y la biblia se entiende, pues son personas no solo no creyentes sino que algunos se consideran ateos recalcitrantes amén de anticlericales.
No podemos pensar que porque España sea mayoritariamente católica nuestros gobernantes tengan que serlo porque parece todavía queda ese vestigio de confesionalidad derogado por nuestra Constitución de 1978. ¿Nos puede enfadar que Pedro Sánchez o Pablo Iglesias juren o prometan sus cargos ante tan importantes símbolos sagrados siendo ellos ateos confesos? Como cristiano y católico agradezco que no sea así pues si lo hubieran hecho, aunque solo fuera para dar una imagen conciliadora con todos incluso con los creyentes, este gesto se convertiría en verdad en una impostura, un acto que no solo molestaría a los de su forma de pensar sino también a los que en verdad somos cristianos y profesamos la Fe católica ya que en el ideario político de este tipo de dirigentes está la instauración del laicismo como modelo de estado que quiere decir eliminar todo símbolo o vestigio religioso de la esfera pública e instaurar sucesivas leyes que vayan contra la vida, la ley natural o directamente contra la Iglesia Católica cuando tienen en mente la suspensión del Concordato con la Santa Sede de 1979.
Os confesaré que como católico agradezco mucho que los representantes públicos que no son cristianos no utilicen símbolos tan sagrados e importantes para nosotros en su toma de posesión porque en verdad ese juramento carecería de validez no tanto legal sino moral y eso sería empezar engañando al personal que les ha votado como al que no lo ha hecho así como mentirse ellos mismos.
Pienso que los católicos españoles tenemos que cambiar el chip porque muchos piensan todavía que el estado es confesional y no es así aunque tampoco laicista como nos quieren hacer ver e imponer. Pienso que somos los católicos los que debemos sufragar los gastos que genera la Iglesia, somos nosotros los que debemos ayudar a nuestros párrocos no solo en temas de pastoral sino pecuniariamente hablando. Sé que a los españoles nos cuesta rascarnos el bolsillo para todo cuanto tenga que ver con la Iglesia pero es que el mantenimiento de la misma, los sacramentos, la distintas pastorales que encaminan nuestra vida espiritual, dependen de los bautizados, de los católicos, y así ningún gobierno intentaría pisotearnos mediante amenazas porque seríamos totalmente independientes y libres para dedicarnos a las cosas de Dios en la tierra y que el césar se quede con lo que es del césar. Esto no quiere decir que cuando tributemos los católicos decidamos dar a la Iglesia esa parte que a ella queremos vaya destinada en la declaración de la renta así como se le otorguen los beneficios que tienen otras realidades e instituciones porque no es de recibo que los partidos políticos, los sindicatos e incluso la patronal gocen de beneficios fiscales y a la Iglesia Católica, que no olvidemos es la mayoritaria en España, se los quieran cercenar porque ahora se lleva ser ateo, laicista, anticlerical y contrario a todo lo que tenga que ver con Dios.
En esta España tan progresista, tan desarrollada y avanzada en todas los sentidos tenemos que tener claro que nuestros gobernantes en su mayoría no solo no son católicos sino que todo lo contrario y que la Iglesia por lo que es y significa es inmensamente molesta por lo cual creo que ya va siendo hora de todos nosotros nos rasquemos literalmente el bolsillo para ayudar a mantenerla porque de las colectas de los domingos no se sostiene la inmensa labor que lleva para adelante la Iglesia Católica.
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