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Hawaii es una diócesis peculiar: casi 140 islas, con 1,3 millones de habitantes, de los que un 20% son católicos. Se organizan en 66 parroquias, y 49 de esas parroquias tienen un Coordinador de Respeto a la Vida. Hay además un coordinador por vicaría/archiprestazgo y una coordinadora general Paulette Vernay, que lleva más de 20 años trabajando en temas provida, pero sólo algo más de un año al frente de la Oficina Diocesana de Respeto a la Vida.
En la oficina diocesana de Respeto a la Vida cuenta con 7 personas que le ayudan directamente a supervisar actividades diocesanas, que son unas cuantas:
- Crear y apoyar grupos de Respeto a la Vida en cada parroquia
- Proyecto Raquel, con sacerdotes y laicos bien entrenados para acompañar a mujeres dañadas por el aborto
- Viña de Raquel: retiros de un fin de semana, de 7 a 10 personas, para la sanación post-aborto
- Formar en regulación natural de la fertilidad (hay dos voluntarios coordinadores)
- Organizar un simposio provida anual
Lo primero, lograr un coordinador apasionado en cada parroquia
De todo esto, explica, lo más importante es encontrar personas adecuadas en cada parroquia (repartidas por una multitud de islas) para liderar el apostolado provida parroquial.
"No puedes hacer programas en una parroquia si no tienes las personas adecuadas en esa parroquia", explica Paulette en el Hawaii Catholic Herald.
"Lo que intento es que cada parroquia tenga su coordinador de Respeto a la Vida. Para eso, contacto con los pastores y les pido discernir quién podría ser esa persona. Han de tener pasión y sentir amor por toda la vida humana, y estar realmente viviendo en comunión con la enseñanza de la Iglesia, no pueden tener dudas sobre qué es provida, en oposición a lo pro-choice. Tienen que estar siempre a favor de la vida, de la concepción a la muerte natural", detalla Paulette.
Paulette Vernay es la coordinadora diocesana de Respeto
a la Vida en Hawaii; quiere un equipo provida en cada parroquia
"Cuando empiezan, me reúno personalmente con cada uno durante unas dos horas y les doy las orientaciones sobre Respeto a la Vida y su historia. Les presento el Plan Pastoral de Actividades Provida y los remito a leer Evangelium Vitae [la encíclica de 1995 de San Juan Pablo II]. Les doy mucha información de la Conferencia de Obispos de EEUU, y ya les doy paquetes de folletos y estampas para que empiecen a hacer algo, inmediatamente. Les pongo en contacto con su coordinador de vicaría. Los coordinadores de vicaría son muy, muy importantes. Se encuentran cada trimestre, si no más, con sus coordinadores de zona".
Paulette anima a todos a tener colaboradores y apoyarse en otras personas. "Es muy duro para una persona intentar hacerlo todo. Es muy fácil quemarse y desanimarse, así como, simplemente, no hacer nada. Y desanima a la parroquia ver que no se hace nada. Es muy importante que el pastor tome un papel de liderazgo en el ministerio de Respeto a la Vida. Si unas parroquias individuales no pueden hacer mucho, que se coordinen como vicaría y preparen algo conjunto".
Ya ha podido asignar y confirmar responsables en la mayor parte de la diócesis. "Casi he terminado la isla de Oahu y aún me queda hacer Big Island", enumera.
Carteles y actividades visibles: dar ejemplo a los parroquianos
Paulette va avisando a todas los coordinadores parroquiales de los eventos que se aproximan ligados a fechas y les pasa los materiales que les pueden ayudar a realizarlos. "Por ejemplo, para la campaña 40 Días por la Vida de la Conferencia Episcopal, si no hay un centro abortista de Planned Parenthood en la zona, yo les digo que recen con carteles delante de la parroquia, donde los vea el tráfico de la calle. Levantar los carteles y orar allí: ahí eres testigo de Jesús ante tu propia comunidad. Y es muy importante, porque puedes salvar la vida de una madre, de un bebé, de una familia, simplemente con lo que lean durante 40 Días por la Vida, o en otras campañas, o con un simple rosario por la vida".
Detrás de estas activistas de 40 Días por La Vida y sus carteles "Rezar para acabar con el aborto" está la estatua de San Damián de Molokai, el apóstol de los leproso
Los carteles y mensajes han de ser positivos, explica Paulette, que lleva más de dos décadas de experiencia provida. "Si tienen dudas sobre si algo es apropiado, que me manden un email. Y pueden hablar con su pastor. De hecho, cualquier actividad que se les ocurra a un comité parroquial de Respeto a la Vida la han de presentar al párroco. Por eso propongo que elaboren un calendario de actividades de todo el año. Las actividades no tienen por qué ser una al mes: una al trimestre está bien", detalla.
Actividades a la vista y formación
Paulette intentará reunir a todos sus coordinadores juntos al menos una vez al año, algo complicado en una diócesis formada por tantas islas. "Sé que las parroquias van justas de presupuesto, así que intento financiar al 50% los billetes de avión", comenta.
"Es desconcertante ver cómo la humanidad piensa en formas para autodestruirse. En estos tiempos parece que nos insensibilizamos a la vida. Por eso es tan importante que las parroquias empiecen a construir esta cultura de la vida. Debe ser visible, visible a base de pequeñas actividades, visible también con homilías. Estamos tan poco catequizados hoy, que la gente no siempre sabe lo que enseña la Iglesia exactamente sobre la vida", añade.
Además, este ministerio provida no trata sólo del tema terrible del aborto. "Hay muchas otras cosas implicadas. Está el tema de la planificación familiar natural. ¿Y la atención a ancianos? ¿Cómo los cuidamos? Hay muchos abusos y desatención contra ancianos. ¿Y la violencia doméstica? E intentamos promover la adopción, en vez del aborto. El suicidio es otro tema. ¿Y como cuidamos a nuestros seres queridos al final de la vida?"
"Intento encontrar oradores sobre todos estos temas y crear un banco realmente bueno de oradores. Y también queremos lograr que más parroquias se impliquen en la Marcha por la Vida, que crezca la conciencia de defender la vida", añade.
Si todo esto se puede poner en marcha en una diócesis donde las comunicaciones entre islas lo encarecen todo, ¿cuánto se puede aplicar en España y en otros países del mundo hispano? ¿Es posible que cada parroquia llegue a tener su coordinador provida y un equipo de hermanos que sirvan unidos a Dios?
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