P J Ginés
En 1936, J.R.R.Tolkien tenía 44 años y era profesor especializado en lingüística del anglo-sajón (inglés antiguo y medieval). Aún faltaba un año para que publicara El Hobbit, que le daría fama. Llevaba años escribiendo poesías de todo tipo, pero no las publicaba, no tenía “nombre” como poeta. En esa época era un erudito desconocido, que tenía un estilo poético nada apreciado por las nuevas corrientes modernistas. Y además era católico.
¿Dónde podía publicar un poema sobre la Virgen y la Navidad? Lo hizo en la revista anual de un instituto católico, para estudiantes adolescentes, de la región de Oxford, Our Lady’s School, en Abingdon. Una escuela dedicada a la Virgen María. Era un lugar recóndito y humilde para publicar, y allí pasó desapercibido a los estudiosos del autor hasta que salió a la luz en 2016. “Un poema perdido del autor de El Señor de los Anillos”, titularon los periódicos.
El poema tiene toques arcaizantes, elementos románticos junto con evocaciones medievales, como el corpus principal de sus obras. Pasa de la oscuridad a la luz a través de la esperanza, de nuevo un gran tema tolkiniano.
El experto en Tolkien Wayne Hammond leyó una nota de Tolkien en la que él recordaba haber publicado dos poemas en una revista que llamaba “The Abingdon Chronicle”. Hammond lo relacionó con la revista de la escuela católica de Abingdon y llamó al actual director del centro, Stephen Oliver.
Oliver, que se declara “un gran fan de Tolkien”, se emocionó cuando por fin encontró la revista y los poemas. Uno era una versión previa de un poema sobre un hombre sin sombra que luego publicaría Tolkien en los años 60 en Las Aventuras de Tom Bombadil. El otro era “Noel”, el poema navideño y mariano. “Ambos poemas son muy atmosféricos y tienen un aire de misterio. Me emocionó mucho cuando los leí por primera vez”, dijo el director del colegio católico.
María era para Tolkien, como para tantos otros artistas antes, un reto para captar conceptos como la belleza, la pureza y el poder de Dios en lo pequeño. Años después escribiría a su amigo el jesuita Robert Murray:“sobre Nuestra Señora se funda toda mi escasa percepción de la belleza, tanto en majestad como en simplicidad”.
Traducimos el fragmento final del poema de 1936, que se centra en la Virgen María (la versión completa en inglés está aquí)
NOEL (fragmento final)
En el valle oscuro, en la hora de nacer,
una voz cantó de súbito;
todas las campanas de Cielo y Tierra entonces
juntas resonaron a medioanoche
María cantó en en este mundo de abajo:
oyeron elevarse su canción
sobre niebla y sobre nieve de montaña
hasta los muros del Paraíso,
y se agitó la lengua de muchas campanas
resonando en las torres del Cielo
cuando la voz de una doncella mortal se oyó,
que era la madre del Rey del Cielo.
Alegre está el mundo y clara es la noche
con estrellas sobre su cabeza,
y el salón repleto de risa y de luz,
y los fuegos ardiendo rojos.
Las campanas del Paraíso suenan ahora
con campanas de Cristiandad,
y ‘Gloria’, ‘Gloria’ cantaremos
porque Dios a la tierra llega”.
Publicado originariamente en Cari Filii News
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