Lo esencial del cristiano
El amor, en sus distintas manifestaciones, es la forma más completa de relación humana
Por: Josep Miró i Ardèvol | Fuente: ForumLibertas
Por: Josep Miró i Ardèvol | Fuente: ForumLibertas
8 JUNIO, 2016
¿Cuál es el núcleo fundamental del cristianismo? Creo que el amor y el anuncio de la resurrección, que en realidad es la manifestación máxima del amor a los hombres. Deus caritas est, la primera encíclica de Benedicto XVI, señala precisamente las características de esta esencia.
En la primera epístola de San Juan (4,7-21) aparece una síntesis rotunda muy breve, que es el eje de todo examen personal y colectivo: “Quien no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor”, un amor, añade, que se ha manifestado en Jesucristo que nos revela la verdad de esta buena nueva.
Y hay más. “A Dios nadie lo ha visto nunca pero si amamos Él estará en nosotros, dentro nuestro” El amor es la vía para conocer a Dios.
Todo el Evangelio está lleno de concreciones de este amor, el lavatorio de los pies es una de las más potentes, y quizás de las menos contempladas. La obra de la Madre Teresa de Calcuta y sus Misioneras de la Caridad, es un ejemplo, o en otro plano distinto, lo son las comunidades del Arca de Jean Vanier. No se trata tanto de una acción asistencial como del retornar la dignidad a quienes viven en condiciones infrahumanas, la dignidad que surge del gesto del amor superador de las limitaciones humanas: tocarlos, cuidarlos, lavarlos, eso tan elemental y servil, como lavar los pies. Con esta forma de actuar, el cristianismo descubre al ser humano que, precisamente, esto que para una determinada visión de lo humano, ya no es vida digna de ser vivida, obra la maravilla de hacernos el bien cuando los cuidamos. La parábola de Buen Samaritano es otra ejemplificación fuerte de lo que exige el amor.
Pero, en nuestro tiempo, cuando la palabra ha quedado en muchas ocasiones desvirtuada, cuando ha visto su significado reducido, el amor puede dar pie a muchas interpretaciones equivocadas. No se trata, en primer término, de un sentimiento. ¿Cómo “sentir” amor por el que nos quiere mal, si ya nos calienta el vecino del quinto, que no deja de ser eso, un vecino?, y ni mucho menos se puede confundir solo con la atracción sexual, aunque esté aparejado a un tipo de amor, el del hombre y la mujer. El amor es una virtud y como tal ha de ser reconocida y aprendida para practicarla.
Porque, el amor, en sus distintas manifestaciones, es la forma más completa de relación humana, pero para realizarla necesitamos prepararnos. Necesitamos de las virtudes y más todavía de la ayuda de Dios, sin la que el amor tiende a confundirse fácilmente con otras cosas. El amor necesita de un aprendizaje, una práctica y una comunidad que sepa reconocerlo como tal, por eso hoy es tan difícil de realizar.
Para conocer la realidad de nuestro amor, San Pablo (1ª Corintios 13,1-17) nos sitúa en lo que podríamos definir como su caracterización o, en otros términos, sus perfiles estilizados, que definen un sistema de evaluación personal y colectiva que merece ser tratado. Será en otra ocasión.
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