Nueva profanación, ahora en una parroquia de Valladolid
La mañana del sábado 21 de noviembre, Higinio Martínez Crespo, como cada mañana, acudió a la parroquia de san Ignacio de Loyola de Valladolid, de la que es Vicarío, para abrir el templo. «Algo me llamó la atención. La puerta estaba demasiado abierta. Empujé y me di cuenta de que la puerta estaba violentada y los cerrojos arrancados», ha declarado a la delegación de Medios del Arzobispado de Valladolid.
Pocas horas antes, en la noche del viernes, alguien había entrado por la fuerza y había robado y profanado el templo. «Las puertas de acceso reventadas, la sacristía completamente revuelta y en la capilla robaron el sagrario, se apoderaron de un copón (para distribuir la eucaristía en la misa), dos cálices, dos patenas y los recipientes donde se guarda el crisma. Además, los ladrones se llevaron un lampadario y el equipo de megafonía (mesa, micrófonos y altavoces)», explican desde el Arzobispado. Martínez Crispo además, se encontró varias formas tiradas por el suelo.
Solidaridad de la gente
Tras el robo y la profanación «nos hemos quedado prácticamente sin nada. Pero cuando Dios cierra puertas, abre ventanales muy grandes y luminosos». El Vicario se refiere a la solidaridad de los feligreses, que a pesar de su edad avanzada, «se están volcando con nosotros. Se pasan por el despacho para ver cómo estamos. Ha sido un revulsivo. Nos sentimos muy arropados», ha dicho a la delegación de Medios.
También el Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Ricardo Blázquez, se ha volcado con la parroquia, situada en el barrio de Pajarillos de Valladolid. Además de donar un cáliz, quiso acompañar a los fieles en la Misa dominical, que este domingo 29 de noviembre se ofreció como desagravio por el robo.
«Quiero compartir con vosotros el sufrimiento que habéis tenido, celebrando juntos la Eucaristía. La familia en la fe debe ser un ámbito en el que se comparte los gozos y las penas, las esperanzas y las inquietudes», dijo el cardenal Blázquez en su homilía.
El Santuario de la Gran Promesa también ha querido ayudar a la parroquia de san Ignacio de Loyola, a la que ha regalado un nuevo sagrario, un copón, un cáliz y una patena.
José Calderero @jcalderero
Fecha de Publicación: 01 de Diciembre de 2015
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