Me preguntaba cual iba a ser la imagen que escogería para despedir este 2015 que a cada minuto va agonizando y recibir el 2016 que nace pletórico de salud, expectativas y mucha Esperanza.
Me preguntaba que imagen sería la que simbolizaría cuanto albergo en mi corazón en este último jueves del año.
Tenía que ser Villaluenga del Rosario porque no hace falta que os diga que este pequeño pueblo enclavado a las faldas del eterno Caíllo es mi Casa, mi Hogar, donde me siento feliz y además se me nota.
Tenía que ser algo que viera todos los días a todas las horas y que me fuese, os fuese, familiar.
Esta vez necesitaba de una imagen que dijera lo que expresara bien a las claras los dos momentos de mi vida: Mi lugar de origen, al que siempre querré, y mi lugar de adopción al cual estoy prendidamente entregado.
Sí, quería que San Fernando y Villaluenga del Rosario quedaran expresados en una sola imagen. ¿Difícil? ¡Imposible!
Pero como la vida y sus enseñanzas me ha demostrado que no hay nada imposible busqué en mi archivo y me encontré con la imagen que reflejaba cuanto quería expresar.
Es una composición de mi buen hermano Chiqui Castro Haro que me regaló hace tiempo ya y que en ese entonces me emocionó con hondura.
Es mi bendita Villaluenga del Rosario, es decir mi Hoy, y allá en la montaña se refleja la sombra de mis grandes devociones, las de los Titulares de la Hermandad de mi vida, Jesús de los Afligidos y María Santísima de la Amargura que es una forma de simbolizar a San Fernando, mi ayer aunque estos dos lugares serán "mi siempre".
Y con esta preciosa imagen de los sitios de mi vida os deseo a todos un Feliz Año 2016 y que Dios nos bendiga, proteja y acompañe como siempre.
Recibid mi cariño y un fraternal abrazo,
Jesús Rodríguez Arias
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