Este es mi último artículo de un año 2015 en INFORMACIÓN donde ha habido para todos los gusto y que debo agradecer a la dirección de este importante medio de comunicación la libertad absoluta que me ha ofrecido para expresar mi desnuda opinión cada domingo.
Agradecer a mi buen hermano Pepe Moreno Fraile, que es la persona que coordina y dirige el apartado donde se publica, su apoyo, ánimos e incluso ideas compartidas.
En este reflexiono en voz alta simple y llanamente.
El próximo, si Dios así lo quiere, será justamente dentro de siete días y será el primero de un 2016 también apasionante.
Gracias a todos por estar siempre ahí.
Jesús Rodríguez Arias
SALUD, DINERO Y AMOR
Es muy propio que en la cena de
Nochevieja todos alcen la copa para brindar por un nuevo año tras haber
ingerido las correspondientes doce uvas y salga esta frase que por manida y
repetitiva siempre es igual: ¡Qué tengamos salud, dinero y amor!
Tres pilares en los que se ha basado
una sociedad como la nuestra donde prima el dinero pues creemos que con él se
puede comprar hasta el amor y la propia salud. ¡Qué equivocados estamos!
A lo mejor y precisamente porque
estamos saliendo de la crisis económica, que no social, de valores y creencias
que esas siguen persistiendo con bastante fuerza, es necesario que nuestras
mesas no sean tan suntuosas sino más sencillas, más pobres, más reales con el
entorno. Nos gastamos el oro y el moro en cenas, regalos y nos olvidamos de
esos que no tienen ni un techo donde resguardarse, ni un mísero plato de comida
delante o simplemente viven el presente pues ya se han encargado algunos de que
no tengan futuro pues han sido apartados a la cuneta de la vida.
A lo mejor en necesario que en vez
de tantos festejos y celebraciones cuando estemos tomando esas doce uvas
tengamos en mente doce intenciones y sobre todo a Jesús, el Niño que nos ha
nacido hace tan solo unos días. A lo mejor es que en un mundo sin horizontes
claros lo que necesitamos de verdad es poner de una vez por todas a Dios en el
centro de nuestras vidas.
El dinero es necesario en un mundo
tan mercantilista, donde tanto tienes tanto vales, donde dicen que todo y todos
tenemos un precio, donde el mismo mal utilizado se convierte en una poderosa
arma del propio diablo. Sin el dinero, la verdad sea dicha, no se puede vivir
aunque el mismo da más frutos si está bien utilizado, si en vez de comprar y
comprar sirve también para ayudar. ¿Tenemos la concepción del dinero como un
medio para servir a los demás?
La salud y amor van cogidos de una
sola mano que es la de Dios porque tanto una como otro solamente vienen y se
van según su voluntad. Todos ansiamos salud para nosotros y para los nuestros.
No nos acordamos cuando la tenemos aunque somos los primeros en pedir cuentas
al Señor cuando falta y lo que no pensamos es que todo sucede por un fin muy
concreto que es la de nuestra propia realización como persona en el particular
camino de santificación de cada uno. El amor no es que llegue o se vaya sino
que se tiene y el que vive en el Amor vive también en plenitud.
Conozco muchos casos de personas
enfermas de gravedad y que no han tenido relación sentimental y no por eso son
desgraciadas, más bien todo lo contrario, pues desbordan ganas de vivir y Amor
desde que se levantan hasta que se acuestan. Sí, salud y amor aunque la primera
no se tenga y el segundo no lo entendamos como el mundo lo entiende.
En Nochevieja son tan sólo doce
campanadas lo que nos separan de un nuevo año. Ese el tiempo que transcurre en
cerrar uno y dar la bienvenida al siguiente. Podríamos calificar en tres noches
lo que es la Navidad: Nochebuena que es intimidad, calor de hogar, Familia
reunida para recibir al Niño Jesús en nuestro particular Portal de Belén.
Nochevieja que es fiesta, alegría, ilusión y mucha Esperanza y por último la
Noche de Reyes que es inocencia, expectación, ilusión y el candor de la niñez.
En este último artículo del año 2015
he reflexionado en voz alta con un solo objetivo: El de ofrecer una visión
cristiana de la Navidad y de las tradiciones que nos rodean.
Desde esta tribuna en la que tengo
honor de escribir cada semana y que doy gracias al Señor por permitirme
expresar cuanto opino y creo con la total libertad os deseo a todos, mis
queridos y buenos hermanos, lo mejor para el inminente 2016 que ya está tocando
a la puerta y que Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente os traigan lo que
deseáis así como también lo que lo habéis olvidado y que seguro será lo que más
os conviene, lo más importante.
Con un fraternal abrazo en el día
que celebramos la Festividad de la Sagrada Familia.
Jesús
Rodríguez Arias
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