jueves, 2 de julio de 2015

PARA MEDITAR


EN LOS ZAPATOS DEL OTRO 

En toda relación de afecto es esencial la empatía. Es decir, la capacidad de compenetrarse con la experiencia de otra persona y comprender y sentir su alegría y sus penas, su dicha y angustia. En la empatía se combinan dos capacidades importantes de los seres humanos, la de analizar y la de compadecernos, empleando, pues a un tiempo mente y corazón. Analizar significa recopilar datos acerca de un problema, observar las condiciones, hallas las causas subyacentes proponer soluciones. Compadecerse de otro significa sentir lo que el otro siente, sentir el dolor del que sufre o el enojo del que está furioso. 

Una antigua oración de los indios sioux reza así: "Oh, gran espíritu, concédeme la sabiduría para caminar en los mocasines del otro antes de criticar o juzgar". 

Cuando sentimos empatía por alguien, dejamos a nuestro lado nuestra convicción de que el otro debería ser como nosotros; aceptamos el hecho de que el otro aporta algo único a la relación. Al mismo tiempo, es también la empatía la que le hace a uno capaz de ver y reconocer las injusticias perpretadas contra los demásy la que le determina a abordarlas. 

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