EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura.» (Evangelio del día). Andamos muchas veces agobiados por este mundo. Y es verdad que razones no nos faltan: familia, trabajo, dinero, amigos, enfermedades, necesidades... En fin, que vivimos una vida limitada, caduca, compleja y enrevesada. Santa Teresa decía que la vida es "una mala noche en una mala posada". Pero la vida es para disfrutarla, se nos ha sido dada por el Creador, ¿y te va a dar Dios una vida de sufrimiento? Algo, aparte del pecado, falla (por nuestra parte, claro). Ayer lo decíamos, ¿dónde pones el corazón? Tiene dos opciones: o pones a Dios en el centro y todo lo demás es superfluo y periférico o pones las cosas en el centro y Dios se convierte en superfluo y periférico. Aunque hay que tener en cuenta que en estas dos posturas siempre hay matices, la prioridad debe ser Dios, Él dará las añadiduras, las que Él considere que te conviene (nada que sea innecesario, suntuario o prescindible).  La elección es nuestra y, de seguro, dependerá de cómo nos fiemos de Dios y de nuestra madurez espiritual. San Pablo, vuelve a ser certero: «Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad». Pues ya tenemos labor por delante, despejar "todos los trastos" de nuestro corazón y hacerle un buen sitio a Dios, ya veréis como después las cosas se ordenan solas. Santa María, Reina de La Paz, ruega por nosotros.