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Viernes Santo nueve de la mañana en una Alameda casi vacía solo algunos jóvenes, voluntariosos costaleros, mientras desde el interior de las paredes del Casino Manuel y Maica se encargaban de crear ambiente con marchas procesionales que salía por el altavoz.
En la puerta José Miguel Calle trompeta en mano anunciaba que Nuestro Padre Jesús iba a salir.
Poco a poco se unían algunos nuevos jóvenes así como esos hombres que siempre han sacado al Señor y aunque tienen el corazón de niño el cuerpo ya lo tienen desgastados por los dolores y por el peso de los años que van pasando sin remisión.
Serían cerca de las diez cuando por Jesús Nazareno bendecía a su pueblo un año más aunque por falta de personas que pudieran cargarla con garantías la Santísima Virgen de los Dolores se tuvo que quedar tras las paredes del Templo esperando a que Su Hijo subiera al Calvario.
No hay mayor dolor y sufrimiento,
ver a tu hijo partir hacia el Calvario,
y Tu quedarte sola en el Templo,
donde las lágrimas de tu pañuelo era un Sudario.
No dejéis sola a María,
que se despide del Señor,
Ella que es su alegría,
en ese mar de dolor.
¿Dónde están esos hombros,
que otras veces te portan?
que no salgo de mi asombro,
que te puedas quedar Sola.
Están los que están María,
y a Tu Hijo lo llevan con el alma,
que para ser cruz y guía,
no importan los años y las canas.
Jesús Nazareno con su andar tranquilo y pausado se iba dirigiendo al eterno Calvario portado por unos hijos que te quieren a pesar de todos los pesares, sabes que puedes contar con ellos aun cuando ellos incluso, Señor, no lo saben.
Hileras de fieles devotos que entre cánticos y silencio recorrían el trayecto mientras Jesús se alejaba del pueblo y se acercaba a su particular Gólgota.
Hay tantos Gólgotas Señor,
tanto dolor y pesares,
tanta injusticia y horror,
tanta debilidad y enfermedades.
Hoy quiero rezar por tus hijos enfermos,
que están a tu lado en la postración,
hoy quiero traer Señor a los que cayendo,
han encontrado contigo la Salvación.
Hoy quiero rezar en el Calvario,
donde encontraste muerte de Cruz,
por que revestidos en su sudario,
se encontraron con la santidad que das Tú.
Poco a poco, paso a paso, andar pesaroso se encaminaba Jesús con la Cruz a los hombros de tan buenos hermanos, hijos de este bendito pueblo que luchan y trabajan para que la Semana Santa y nuestras devociones no se pierdan en las fauces del olvido.
Carlos cámara en mano sacando esa imagen única, José Luis haciendo su fotos, Hetepheres con las suyas, Juan López Cartón retratando esa imagen que tiene en lo más hondo de su corazón y de su memoria y que no puede, no debe olvidar. Tachy haciendo arte mediante sus famosas fotografías que son pinceladas que llegan al cielo y la voz de Manuel animaba cuando las fuerzas faltaban.
En la puerta de la Ermita,
te han cantado alabanzas,
te han rezado en la mañanita,
un Padrenuestro de Esperanza.
Por los hijos de tu tierra,
por los que ya han fallecido,
por los enfermos que penan,
por los que hoy no han venido.
¿Qué miras Jesús cuando ves a tu pueblo?
Y una lágrima cae por rostro tan bello,
Tu sabes de las tristezas de lo verdadero,
de lo que pasa día a día en tu bendecido Pueblo.
Tú sabes, Jesús, Tú lo sabes Todo,
a Ti nadie te engaña con sonrisas y fotos,
a Ti, Señor, no consiguen ni pueden comprar,
con prestigio y honores que tan solo Tú puedes dar.
Que a Ti, nadie te engaña,
que no te pueden engañar,
que tu sabes los que les pasa,
a todos los hijos de este lugar.
Seca esa lágrima payoyo,
que Jesús está llorando,
que podemos hacer entre todos,
que las lágrimas vaya enjugando.
Que el rostro de Jesús no es un trozo de madera,
que es la cara de tu vecino, de ese niño o esa abuela,
del que te odia, mal te quiere y siempre mete candela,
para que ardas por dentro y te consumas como una vela.
Qué el rostro de Jesús no es un trozo de madera...
La procesión se encamina de nuevo para el pueblo, se nota el cansancio de los costaleros y el sufrimiento de muchos que lo acompañan. Una brizna de aire fresco refresca el calor que el sudor empapa.
Cuando me quiero dar cuenta ensimismado en mis cosas veo que un cargador ha sido sustituido por una cargadora.
Hetepheres tenías que ser,
la que ayudaras a Jesús,
con la fuerza de tu fe,
a sostener su eterna Cruz.
Vi a mi mujer que ayudada en todo momento por los buenos hombres de este bendito pueblo al cual queremos como nuestro que es caminaba cargando a Jesús Nazareno mientras escuchaba alrededor a hombres y mujeres, jóvenes y mayores que tenían los vellos de punta: ¡Eso es fe, que lección nos ha dado de entrega y generosidad a todos porque nunca habíamos visto esto antes! ¡Mi emoción se acrecentó viendo la emoción de los que me rodeaban.
A su lado sufriendo y tragando lágrimas que honran tantas cosas mi querido y buen hermano Juan López Cartón que está viviendo una de las Semanas Santas más puras en un intenso estado emocional y espiritual.
Y Jesús ha parado en la puerta de la casa de Teresa del Valle donde se ha rezado para que mejore de su males.
Paso a paso Jesús va llegando a casa...
Jesús llega a su casa,
María Dolorosa lo está esperando,
el Templo a oscuras lo alcanza,
para que entre entre fe y llantos.
Qué hoy Señor te han llevado,
costaleros con un corazón de oro,
que se han sentidos reforzados,
por esos otros payoyos.
Esos que habitan en el Cielo,
donde no hay Cruz ni Calvario,
sino solo luminoso firmamento,
y felicidad hecha relicario.
Que hoy en el Cielo están contentos,
que sus hijos y nietos han ayudado,
a subir a Jesús Nazareno,
a esa Gloria que es el Calvario,
para orgullo de todo un Pueblo.
Ya Jesús Nazareno descansa junto a su Madre y se ha cumplido la devocional tradición de que cada Viernes Santo suba al Calvario.
Esta mañana del Viernes Santo se podrán sacar muchas conclusiones, que en mi caso particular se han sacado, han faltado muchos que podrían haber estado así como algunos que no han podido aunque su corazón era un costalero más que llevaba el paso y de otros prefiero no hablar en este momento que Jesús está colgado del madero y le queda muy poco tiempo para expirar. ¡Tiempo habrá de poner negro sobre blanco!
Hoy ya todo se ha cumplido,
hoy Jesús ya muere,
y el César se lava las manos,
mientras Cristo fallece.
Hoy el César se ha vuelto a lavar las manos,
y no ha estado con Jesús,
llegará un día, hora y verás como recordamos
como se acuerda de Jesús.
El César no es eterno,
porque las voluntades no se compran,
ni se venden con dinero,
sino con buenas obras.
Y hoy el César ha vuelto a lavarse las manos,
y ha despreciado a Cristo y su Madre,
y con ellos al pueblo y mis queridos hermanos,
que aman a Jesús Nazareno pase siempre lo que pase.
Jesús morirá en el madero y gritará desgarradoramente: ¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen!
¿O sí?
Dentro de unas horas los hijos del este pueblo volveremos a llevar a Jesús, ya Muerto, al Calvario donde quedará depositado Su Bendito Cuerpo.
¿Lo acompañas?
Con un fraternal abrazo,
Jesús Rodríguez Arias
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