"En verdad les digo que cuanto hicieron por alguno de los más pequeños de éstos hermanos, me lo hicieron a mí. Vengan, pues, benditos de mi Padre".
Tu vida es un viaje a la eternidad.
Es un peregrinar hacia el cielo. Es un camino hacia el encuentro con Dios y hacia la realización de toda tu condición humana.
No olvides llevar tu pasaporte al cielo. Te lo expedirán los pobres.
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