EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «...vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis.» (Evangelio del día). Muchas veces tenemos la sensación de que Dios hace oídos sordos a lo que le pedimos o, simplemente, que no nos hace ningún caso y no somos atendidos . Es verdad que, a veces le pedimos "chorradas", pero otras suelen ser cosas de vital importancia para nosotros. Pero, como cristianos y a pesar de todo, no podemos pensar, como Nietzsche, que "Dios ha muerto". ¿Como, entonces, conjugar el desfase entre lo que pido y lo que recibo o no recibo? Si Dios sabe lo que necesito antes de que se lo pida, ¿porque no me lo procura? No dudo que Dios pueda intervenir por si mismo y directamente, que lo hace muchas veces, sino que espera que lo hagamos en su nombre, y es ahí donde flaqueamos. Por otro lado, ¿de verdad le pedimos a Dios lo que nos hace falta?, o, más bien, ¿le pedimos lo que creemos que nos hace falta? Por ello lo que necesitamos es discernir lo que realmente necesitamos, aumentar la confianza en el Señor y acrecer nuestra disponibilidad de ayuda. La 1ª Lectura es muy significativa: «Como bajan la lluvia, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad» Santa María de Caná, ruega por nosotros.
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