miércoles, 4 de junio de 2014

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.


EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «...y su vivir es un vivir para Dios." (Lectura de Laudes). En este versillo, san Pablo se refiere a Jesucristo. No es nada desconocido que Jesús vive para el Padre, que es una persona de la Santísima Trinidad (por tanto es Dios) y que se encarnó en el hombre. Pero San Pablo, el versillo anterior lo trae a colación "para despertarnos del sueño", para que veamos lo que implica la unión, por el bautismo, a Cristo. Si por el bautismo me uno a Cristo, por el bautismo participo de su vida y de su muerte. Y, por el bautismo participo de su resurrección. Todo muy bien, pero viene el primer escollo: Y mi vivir, ¿es un vivir para Dios? ¿Quiero gozar solo de las prebendas del bautismo pero no dejar que Dios ordene mi vida? ¿Me desgasto para Dios? ¿Tengo los mismos sentimiento que Cristo?... Para abrirnos a este don de Dios, para recibir su entendimiento, para ayudarnos a identificarnos, de verdad, con Cristo, debemos pedirle al Espíritu Santo que nos abra la mente. Debemos pedir el don de ciencia para descubrir, y destapar, la "impronta" de Dios en mi existencia. Danos, Padre, tu Espíritu para que mi unión con Cristo sea en verdad, para que destapes en mí la conciencia de pecado que me haga desear tu redención y morir, con Cristo, al pecado. Santa María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. Ven Espíritu Santo, ven por María.

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