EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Así dice el Señor: «En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado
Sión decía: "Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado." ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré." (1ª Lectura del día). Una lectura que refleja, con una ternura exquisita, la dimensión maternal del amor de Dios. En diálogo de Dios con su pueblo (nosotros), el Señor le recuerda su protección, el pueblo, por sus faltas, se siente abandonado y Dios le vuelve recordar (a nosotros también) con un ejemplo conmovedor, que nunca nos podremos sentir desprotegidos. Por desgracia, este ejemplo está hoy muy desvirtuado, por la lacra del aborto. No culpamos a las madres que aborta, son digas hijas de Dios (y mucho más queridas por Dios que a mi); condenamos el aborto. No es el camino para alcanzar la dignidad de la mujer ni el desarrollo de su libertad. Y el Señor nos dice: "Yo no te olvidaré". Palabras consoladoras que nos deben impulsar a la colaboración con Dios, a desarrollar nuestro apostolado, a la vida de caridad, a la entrega por Él. Danos, Señor, tus sentimientos para que se pueda cumplir tu deseo de amor al mundo, que seamos capaces de llevarlo intachable y acercar a los hombres a tu Palabra y a tu Vida. Santa María del Buen Consejo, ruega por nosotros.
Sión decía: "Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado." ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré." (1ª Lectura del día). Una lectura que refleja, con una ternura exquisita, la dimensión maternal del amor de Dios. En diálogo de Dios con su pueblo (nosotros), el Señor le recuerda su protección, el pueblo, por sus faltas, se siente abandonado y Dios le vuelve recordar (a nosotros también) con un ejemplo conmovedor, que nunca nos podremos sentir desprotegidos. Por desgracia, este ejemplo está hoy muy desvirtuado, por la lacra del aborto. No culpamos a las madres que aborta, son digas hijas de Dios (y mucho más queridas por Dios que a mi); condenamos el aborto. No es el camino para alcanzar la dignidad de la mujer ni el desarrollo de su libertad. Y el Señor nos dice: "Yo no te olvidaré". Palabras consoladoras que nos deben impulsar a la colaboración con Dios, a desarrollar nuestro apostolado, a la vida de caridad, a la entrega por Él. Danos, Señor, tus sentimientos para que se pueda cumplir tu deseo de amor al mundo, que seamos capaces de llevarlo intachable y acercar a los hombres a tu Palabra y a tu Vida. Santa María del Buen Consejo, ruega por nosotros.
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