Un año en doce campanadas
Lo explica muy bien Mora-Fandos en Tan bella, tan cerca: lo difícil de escribir un diario es que uno no sabe qué hechos serán significativos después. Por suerte, el jueves, 31 de enero, anoté: "Con Irene Vázquez en la cafetería [de la UFV], encantadora".
Martes, 12 de febrero. Las cascadas de agua entre los verdes intensos de los terraplenes de la carretera que une el aeropuerto de Bilbao con San Sebastián. El pecho también se me desborda. Me paso el viaje pegado a la ventanilla.
Jueves, 21 de marzo. El dueño de la cafetería no me deja leer. No para de hablarme. Es tan tonto que me termina cayéndome bien. La camarera, ¿su hija? es guapa y seria, cervantina.
April is the cruellest month. Todas las entradas del mes están llenas de angustia por el proceso de elección de director en mi instituto, que me tocó de lleno, como representante de los profesores. Llega a su paroxismo el viernes, 5 de abril: "... no puedo dormir la siesta y he tenido que tomarme [por primera vez en mi vida para algo que no sea una conferencia complicada] un lexatín. Como ya fui a misa, en cuanto Leonor vuelve, vamos a ver Cristiada". [Y ahora caigo en que la vi con un lexatín encima, y que aún así me excitó lo suyo...]
Sábado, 11 de mayo. Tras la conferencia, cena de nuevo, ya lo habíamos hecho Leonor y yo antes. Cada uno en un extremo de la larga mesa. Yo rodeado de chicas. Según avanza la conversación, me voy poniendo muy gallito, rayando en pavo real por momentos. Leonor se da cuenta... y se ríe.
Martes, 11 de junio. Cumpleaños de Enrique. Carmen muy poco celosa de cederle el protagonismo. Quique sopla las dos velas y disfruta con todo. Por la noche, se acuesta y se acuna tarareando el "Cumpleaños feliz".
Miércoles, 17 de julio. En la cola para recoger los zapatitos ortopédicos para los pies planos de Carmen, apunto esta observación mía de mal gusto: "En la ortopedia las colas son lentísimas".
Domingo, 18 de agosto. Me balanceo entre "leo" y "Leo". Por un lado: "Leo a Chateaubriand, a Proust, a Szerb, a Kierkegaard, a Porchia". Y por otro: "Leo me advierte que tenemos merienda esta tarde". Todo el año, en las anotaciones del diario, esa incomodidad, imagen de una inquietud. Nunca sé cuando escribo "leo" por mi actividad o por mi mujer. Lo de JRJ: "Amor y poesía, / cada día", pero llevado con cierta confusión semántica y vital.
Martes, 17 de septiembre. Laus Deo! Estamos embarazados. Bajo al cuarto de los niños a por el bote de agua bendita y, para amarrar después del año pasado, sobre la barriga de Leonor, bautizo a nuestro hijo. [El resto del mes me lo paso en una nube, lo que es una maravilla tras un verano en el que me he achicharrado en exceso.]
Todo el diario deja claro que la vida transcurre y las cosas ocurren y que ambas realidades van paralelas. Pero muy claro el viernes, 4 de octubre. Vi una película con mis alumnos de ID, grupo A; luego, por los pasillos, bien con los de Electricidad, que se disculpan por la mala clase que me dieron ayer; voy a mi barbero, Fernando Biensoba; por la tarde doy una conferencia sobre "lectura literaria", y a las 9: 45 de la noche, vamos al hospital a Urgencias. Hemos perdido al niño.
Lunes, 4 de noviembre. Carmen puede ser la niña de 3 años de España que mejor sepa lo que es una metáfora. Jugamos a poner ejemplos y, a veces, en la conversación, ella las detecta y las subraya. Pero hoy se ha confundido y la ha llamado "mostaza". ¿Se ha confundido o es ese condimento picante una metáfora perfecta de lo que es una metáfora?
Viernes, 20 de diciembre. Ayer no pude ir a la comida de Navidad del instituto y lo sentí de veras. Hoy pregunto qué tal fue todo y todas mis fuentes coinciden: la comida fue un desastre, pero luego lo pasaron fenomenal en el pub bailando todos hasta las tantas y de copas. "Uff", suspiro aliviado, no lo puedo evitar, y las dos efes son porque me alivio doblemente, por la comida y por el baile, uff. Qué poco me gusta a mí pasarlo fenomenal.
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