Los sones de la marcha que
compusiera el inigualable José Ribera Tordera los tengo grabados a fuego en la
memoria del alma y me acompañarán mientras viva e incluso más allá, cuando me
encuentre con él, así como con Pepe Moreno Fraile, Ignacio Bustamante Morejón,
Juan Rodríguez Añino, mi primo Javi Nieto Tocino y Pepe Macías que seguro me
indica que vaya a su encuentro que tiene una indicación que darme, a su lado
Tolín Sánchez Mallou, Andrés Pérez Barbudo y Juan Macías Martín. Sandra mira la
cara de la Virgen del Rocío, que para ella es la de su hija Carmen que, en ese
justo momento, allá en La Isla de sus amores, camina de la mano de su padre
José Luis Sánchez Mellado camino de la Pastora donde le esperan Piedad y
Misericordia.
Desde septiembre del pasado año esta marcha forma parte de mi genética cofrade y cuando la escucho con los ojos cerrados se me abren los poros de la piel de pura emoción por lo que es y lo que para mí significa. Caridad para mi Hijo que es la Salvación de todos. Caridad, Fe y Esperanza es el camino salvífico que nos ofrece Jesús en estos días en los que conmemoramos su Pasión, Muerte y Resurrección. Caridad es Amor con mayúsculas que tanta falta nos hace a los que habitamos en una cada vez más deshumanizada sociedad donde sobran los intereses y existe carestía de una vida en valores que nos envuelvan en las virtudes que alegran a Dios. Caridad es la Reina de la Calle Comedias…
Días para vivirlos
intensamente, cada cofrade con sus devociones, en el cortejo procesional, en la
penitencia o en cofradieros callejones y si las fuerzas fallan sentados en la
majestuosa carrera oficial o asomados a esa gran ventana que es la televisión o
escuchando la radio en la intimidad.
Días para vivirlos en torno a
la Fe, los que somos cristianos, católicos y cofrades, adorando al Santísimo
Sacramento del Altar que nos espera en el siempre solitario sagrario para
mantener con nosotros mil y una conversaciones. Días para vivirlos desde la
devoción soportando el peso de la Esperanza como los que soportan nuestros
cargadores y los músicos entonando bellos sones para mecer los pasos como es
tradición en La Isla bendita de nuestros amores. Días de extenuante trabajo de
los periodistas que llevan la agenda cofrade, servicios de emergencias, Cuerpos
y Fuerzas de Seguridad del Estado, para los que mantienen limpias y saneadas
nuestras calles. Días de mucho trabajo, gracias a Dios, para bares y
restaurantes, para el comercio general y también para los ambulantes.
Días llenos de emociones al
recordar a aquellos que ya no están y días especiales para nuestros mayores que
recuerdan aquella Semana Santa que pervive en sus cada vez más frágiles
memorias.
Me despido hasta después de
Semana Santa, volveré el próximo veintiocho de abril. Os deseo siempre lo
mejor.
Jesús Rodríguez Arias
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