En la tarde-noche de ayer domingo 1 de septiembre La Isla más universal por medio de Macarena y Reynaldo Muñoz ofrecieron un más que merecido homenaje a nuestro siempre querido Bartolo Muñoz Pérez que por siempre será Alcalde de la Casería y Capitán de ese navío que todos los días transita los mares llamado "Cantina del Titi".
Ayer se le hizo Justicia a un hombre bueno...
Debo agradecer profundamente a Macarena, Reynaldo y toda la tripulación por invitarme expresamente a esta cena-homenaje a la cual no pude asistir porque Hetepheres y yo estábamos de aniversario de bodas y con las Fiestas Mayores en Villaluenga aunque un trocito de este bendito Pueblo descansa en la casa de Bartolo pues gracias a Manolo Bouza Montilla que fue representante y portavoz de 100% Villaluenga en ese precioso acto una preciosa fotografía de Tachy Barea descansa entre los objetos que con tanto cariño todos los asistentes, y lo que no pudimos ir, le regalaron. Gracias también mi querido Fernando Sainz por tanto...
Terminé julio hablando de un cañaílla enamorado de Villaluenga como es Cheri y lo comienzo en septiembre con otro que también está enamorado de este bendito y pequeño Pueblo desde su playa de la Casería: Bartolo.
Mi querido Bartolo: Este se puede decir que es mi regalo más personal pues cada palabra escrita y publicada en mi tribuna de Información San Fernando son salidas de un corazón admirado de la nobleza del tuyo.
¡Muchas felicidades querido amigo, te lo mereces!
Jesús Rodríguez Arias
BARTOLO
Foto: Alfonso Pavón
Señor de La Casería cuya figura sin esa playa que se adentra en la mar buscando la Bahía no sería la misma. De hidalguía quijotesca que pierde la mirada en ese atardecer único, en esa mezcolanza de colores, que comparte con todos nosotros. Alcalde por méritos propios de ese barrio señero, antiguo, marinero. De ese barrio dentro del barrio que ha ido construyéndose en las últimas décadas distorsionando la visión de lo que de siempre ha sido este lugar tan único de La Isla.
Bartolo Muñoz Pérez es la esencia de La Casería de Ossio, hombre humilde, lleno de esa clase de sencillez que abre puertas y corazones, hombre trabajador hasta el extremo que ha sabido mantener a flote junto a su familia y tripulación ese navío llamado “Cantina del Titi” porque por mucho que se pueda escribir, decir, contar, si no hay un arduo trabajo, si no hay dedicación, si no hay ilusión ni entrega todo lo contado, dicho o escrito no serviría absolutamente para nada.
Pero Bartolo siendo el mejor embajador de playita tan marinera, de gente sencilla, cuyo pequeño litoral se asemeja a Alefkandra, un barrio de la isla de Mykonos a la que se le conoce como la pequeña Venecia, es a su vez un extraordinario cónsul de nuestra tierra, de esta Isla que fue de León y ahora desde hace poco más de dos siglos lleva por nombre San Fernando.
Cuando uno va a la Cantina del Titi, aparte de degustar cositas buenas en un lugar idílico, una colorida terraza que parece estar en medio del mar, aparte de disfrutar de buen flamenco a pie de playa todos los jueves de verano o de las particulares zambombas en torno a la Navidad y poder conversar con esa mujer joven, fuerte, decidida, explosiva como es Macarena o con Reynaldo amén de los demás miembros de esta tripulación que es única se mire por donde se mire todos, al final, quieren ver, saludar, conocer a Bartolo Muñoz Pérez que es ese eterno bohemio, ese hombre nacido de la mar, esa persona sencilla y llena de humildad que te ofrece siempre tu sitio, que te atiende de maravilla seas quien seas pues hay que reconocer que quién pisa este navío se convierte desde ese preciso momento en parte de tan marinera Familia…
Bartolo es un hombre que se entrega a todo y a todos a corazón abierto, que es Amigo de sus Amigos siempre aunque pienso que un hombre tan querido, conocido y reconocido saben bien a las claras quienes son amigos de verdad y quienes los son de ese instante que dura hacerse una fotografía. Bartolo es sabiduría en estado natural porque ha ido aprendiendo en cada recoveco de esta vida que nos alumbra a diario.
Bartolo es bueno en el sentido más amplio del término y el hecho de serlo también puede implicar que no sea del todo profeta en su tierra porque eso siempre es complicado para todos y más en esta Isla que desde hace ya algunas décadas va perdiendo poco a poco su propia identidad.
Bartolo también ha superado algún que otro bache de salud y lo ha hecho con ilusión y Esperanza, con esa sonrisa que transmite alegría, con pundonor, constancia y esfuerzo porque necesitaba recuperarse para volver al navío que es su vida, ese barco que orillea la Bahía desde 1934, y poder perder la mirada en ese horizonte en el que aparece una paleta de colores tan únicos como la misma vida.
Hoy, lunes 2 de septiembre, he querido empezar este curso 2019/2020 mi semanal tribuna de Información San Fernando dedicándoselo a un hijo de La Isla, de La Casería por más seña, un soñador que ha hecho realidad sus sueños, el hombre de la eterna sonrisa, el que te ofrece la mano incluso cuando te has caído. Dios quiera, mi querido Amigo, que más pronto que tarde nos veamos en tu particular paraíso de La Casería o en mi bendita Villaluenga del Rosario donde el horizonte termina cuando empiezan las montañas.
Con mi admiración, cariño y profundo respeto.
Jesús Rodríguez Arias
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