A nivel personal no pienso participar en nada que tenga que ver con actos organizados por un lobby que no representa a tantos homosexuales porque discrepan en sus planteamientos de presión ante la sociedad ya que si no bajas la cabeza y aceptas su argumentario te vuelves en un proscrito para el mundo.
Como católico tampoco lo haré. El mismo respeto que exige el Lobby también lo exijo yo.
Jesús Rodríguez Arias
Mons. Thomas Tobin, obispo de Providence (Rhode Island, EE.UU), ha advertido a los católicos que no deben apoyar ni asistir a los eventos del Mes del Orgullo LGTBI y ha asegurado que son especialmente dañinos para los niños
(InfoCatólica) Mensaje del obispo Tobin en la red social Twitter:
Un recordatorio de que los católicos no deben apoyar o asistir a los eventos del "mes del orgullo" LGBTI que se celebren en junio. Promueven una cultura y fomentan actividades contrarias a la fe y la moral católicas. Son especialmente perjudiciales para los niños.
El mensaje del obispo ha provocado la indignación del colectivo LGTBI en las redes sociales y se ha convertido en viral, con más de 85.000 personas comentando sus palabras.
Castidad y homosexualidad en el Catecismo
2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
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