Buen día nos dé Dios.
Viernes de Cuaresma, viernes
penitencial y de abstinencia.
Soy de los que pienso que esta
Cuaresma se me está pasando demasiado deprisa y no será por mi continua
presencia en actos cofrades pues hasta el momento todavía no he ido a ninguno.
Está siendo una Cuaresma muy de mirar para adentro, muy intimista, de exámen y
análisis de conciencia, de oración y alguna que otra penitencia.
Hoy nos debemos abstener, como
suele ser tradición, en comer carne pero de qué me sirve no ingerirla si en
cambio soy un glotón de la mentira, de las bajezas, de las injurias, de la ignominia,
de la persecución a costa del que sea por llevarme el ascua a mi sardina. Si no
piensa, si no crees, si no eres fiel a lo que pienso y digo ya te puedes ir
preparando para una campaña donde tu prestigio quede a la altura de una moñiga
de vaca.
A lo mejor deberíamos
abstenernos de comer de la carne emponzoñada de vileza que nos alimenta de
iniquidad.
Muchas veces me pregunto:
¿Cómo puede haber tantos, creyentes o no, que son capaces de destruirte con
palabras y obras sin importarle absolutamente nada? Es muy simple: ¡Porque el
Mal existe! Y el Mal se esconde en cualquier rendija.
Hoy he leído un putrefacto
artículo dedicado a un querido y buen amigo solo por el hecho que ha decidido
entrar en política debido a su alto sentido de servir a España porque él en
verdad ya lo tiene todo hecho. En esta vomitiva tribuna intentan dibujar a un
personaje ciertamente increíble si se conoce la hidalguía de bien de este
querido y buen amigo. Todo vale para destruirlo y no solo por sus ideas
políticas, sino porque es un hombre de Fe y ha sido un servidor ejemplar de la
Madre Iglesia. Un patriota que ama España a la que ha servido desde hace 40
años.
Hoy ha salido el Mal por las
rendijas de cada párrafo, de cada palabra, ayer lo hicieron en televisión, en
grotescos medios que pululan en las redes, en los periódicos, porque no pueden
consentir que un hombre de bien, un caballero de los pies a la cabeza, haya
decidido servir a España sin pedir nada absolutamente a cambio.
Y es que el servir, el donarte
por los demás, el altruismo, como modelo de vida está muy mal visto por los que
creen que todo es un compra y venta, donde todos tenemos un precio, donde todos
vendemos nuestro silencio ya sea por prestigiarnos o por no perjudicarnos en
demasía.
Me podría haber abstenido de
escribir esta rotunda reflexión, podría haber mirado hacia el otro lado que
siempre es el más cómodo, podría no haberme dado por aludido, pero yo no soy
así, Dios me perdone, yo no puedo callarme ante las injusticias que le hagan a
los demás, a los que quiero, en los que creo. Yo no me callo por más que
algunos quieran, porque creo que la Verdad nos hace Libres y vivir esa clase de
Libertad no está pagado ni con todo el oro del mundo, con todo el poder que
podrá ser mucho pero que es finito porque al final todo termina.
Lleva menos de una semana en
esta arena de lo público y ya está siendo azotado por las vilezas de los viles,
lleva menos de una semana en este circo que algunos han convertido la política
y ya es poderosamente temido por los que se consideran poderosos, esos que
escriben, hablan, transmiten, creyéndose que su mensaje cala en una sociedad
cada vez más cansada de tantas mentiras, cada vez más hastiada de tantos
vendidos al mejor postor. A lo mejor hay que patear más la calle y seguro que muchos
que vociferan en el gran sanedrín de este viciado mundo se llevan una sorpresa,
muy desagradable para ellos, muy esperanzadora para los demás...
Y este buen Amigo, al que
quiero, admiro y respeto, tiene nombre y apellidos: Agustín Rosety Fernández de
Castro al que muestro mi incondicional Apoyo y mi Lealtad.
Recibe, mi querido hermano, un
fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Jesús Rodríguez Arias
#YoApoyoaRosety
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