El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, acusó a los obispos del país centroamericano de ser “golpistas” y dijo que son aliados de las “fuerzas internas y externas” contrarias al régimen.
En un discurso ante miles de simpatizantes en Managua, Ortega refirió que los obispos le propusieron a comienzos de junio adelantar las elecciones y que él no se presente a la reelección, como medio para superar la grave crisis que vive el país desde abril.
El pedido de los obispos lo “sorprendió” y lo llevó a considerar que los prelados “están comprometidos con los golpistas” y “eran parte del plan con los golpistas”.
“Me duele mucho decir esto, porque yo le tengo aprecio a los obispos, les respeto, soy católico”, agregó.
El mandatario también lamentó que los obispos hayan convocado este viernes 20 de julio a un día de ayuno y oración en el que se rezará una oración de exorcismo a San Miguel Arcángel en desagravio por las profanaciones de estos últimos meses contra Dios con la violencia que también ha tenido como blanco varias iglesias y varios prelados como el Nuncio Apostólico, el Arzobispo de Managua y el Obispo Auxiliar de la capital, Mons. Silvio Báez.
"¡Qué exorcicen a los demonios que tienen allí!", clamó Ortega, para quien los obispos hicieron la invitación porque él decidió arremeter contra la población con la violencia “y eso es lo que los tiene irritados, enfurecidos, y están llamando a exorcizarnos”.
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Ortega también como presidente. La violencia desatada por fuerzas afines al régimen ha dejado más de 300 muertos.
Las protestas se iniciaron el 18 de abril pasado, por una fallida reforma a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del presidente que ya lleva once años en el poder, con diversas acusaciones de abuso y corrupción en su contra.
La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó el miércoles 18 de julio una resolución que pide a Ortega apoyar "un calendario electoral" acordado en el diálogo nacional, en una fórmula que busca elecciones anticipadas como vía para salir de la crisis.
Los obispos de Nicaragua se ofrecieron como garantes del diálogo nacional que se inició en el mes de mayo y que debió suspenderse debido a los ataques que impulsaba el régimen de Ortega contra la población, especialmente en la localidad de Masaya.
Además del asedio a algunas iglesias, y de la agresión física contra algunos obispos, el Obispo de Estelí, Mons. Abelardo Mata, sufrió un ataque a tiros perpetrado por paramilitares afines al régimen, cuando volvía de celebrar Misa.
La gravedad de estos hechos y la creciente violencia impulsaron al Nuncio Apostólico, Mons. Stanislaw Sommertag, a lanzar un dramático mensaje esta semana en el que solicitó al gobierno una tregua que permita llegar a la paz y la solución de esta grave crisis.
El Obispo Auxiliar de Managua, Mons. Silvio Báez, escribió en su cuenta de Twitter que “la Iglesia no sufre por ser calumniada, agredida y perseguida. Sufre por quienes han sido asesinados, por las familias que lloran, por los detenidos injustamente y por quienes huyen de la represión. Rezamos y estaremos a su lado siempre en nombre de Jesús”.
Asimismo, invitó a “todos a vivir este día de ayuno y de oración por Nicaragua, con el corazón libre de amarguras y sin resentimientos, orando personalmente y en familia, con una confianza infinita en el amor de Dios que libera del mal. ¡Dios bendiga a Nicaragua!”.
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