Hoy mi artículo publicado en mi semanal tribuna de Información San Fernando va de critiqueo, de chismorreo, de jarchear, para que nos vayamos entendiendo...
Hoy mi artículo en Información San Fernando es una crítica no a la crítica sino al critiqueo que abunda demasiado en nuestra sociedad...
668 palabras para describir lo que conocemos por "jarchear".
Jesús Rodríguez Arias
¿JARCHEAMOS?
Existir existe como dicen que
también las meigas y además va desde lo jocoso, lo anecdótico, lo hilarante, lo
increíble así como lo grotesco, grosero, hiriente e incluso amenazante. La
crítica o el critiqueo por estos lares también se le puede llamar “jarchear” o chismorrear y se diga cómo se diga a todos
sin excepción nos gusta darle a la sin hueso. Cuando la crítica no es sino un
modo de chufleo del bueno porque no lleva intencionalidad se convierte en algo
ciertamente apetecible pasas un buen rato pues si no se habla de personas en
concreto sino de anécdotas la verdad es que cada uno recuerda un momento vivido
desde prismas diferentes y siendo como somos, con nuestra particular
idiosincrasia, el resultado puede hacer llorar de risa hasta al más taciturno.
Esto es más jarchear que
criticar pues no lleva esa preparada
bomba de relojería que hace explote contra la línea de flotación del prestigio
de fulanito o menganito que en ese momento se tenga en la mente mientras se
escupe por la boca todo lo malo que se le puede decir e incluso inventar pues
el critiqueo mal intencionado es simplemente asesino.
Criticar lo que se dice criticar
lo hacemos todos sin excepción pues si algo nos caracteriza a los españolitos
de a pie es mostrar nuestro particular punto de vista desde esa vertiente tan
especial de ahí que ningún gobierno, ya sea el de España, los autonómicos,
provinciales o municipales, se libran del juicio objetivo o no, que a diario
hacemos. Esa es una condición muy nuestra pues siempre nos gusta despotricar
del que tiene en su momento el poder.
Ya sea del equipo de fútbol y
su directiva, en las diversas
asociaciones así como en el mundo cofrade donde los respectivos hermanos
mayores y miembros de juntas de gobierno no se libran del jarcheo
correspondiente donde todos y sobre todo los que les gustan chismorrear desde
la barra del bar o desde cualquier mentidero físico o virtual la labor de esos
hermanos que están trabajando desde su punto de vista, desde sus capacidades,
por su hermandad. De las críticas a los diferentes consejos locales de
hermandades ni os cuento...
Puede haber crítica
maledicente, esa sin duda alguna es la peor, que es capaz de inventarse lo haga
falta para desprestigiar-asesinar el honor de la persona o institución en
cuestión. Los criticones abusan de esa potestad porque parece que hablan desde
el saber, desde el conocimiento de causa, con la libertad que da el que la
persona que está recibiendo sus puñaladas llenas de mentirosa traición es al
final el último que se entera y cuando lo hace pocos recursos tiene para
restaurar el daño infringido. También está la crítica inteligente, la que
utiliza ese doble sentido que tenemos muy arraigados los de aquí, no para
ofender y tampoco para desprestigiar a alguien en cuestión sino para analizar
un momento concreto y una situación determinada ofreciendo un necesario punto
de vista que amplíe el debate. Eso, no es jarchear, no es criticar, no es
chismorrear, sino realizar un análisis con argumentos sólidos que lo
fundamenten. Lamentablemente no es de uso general pues para realizarlo se
necesita algo de que carecen los criticones y chismosos: ¡Inteligencia!
¿Existe el jarcheo? ¡Por
supuesto! ¿Y el jarcheo cofrade? ¡También! Como también existe el jarcheo
político, en asociaciones, comunidades de vecinos, del círculos de “amigos” e
incluso en el ámbito familiar. Eso pasa porque en la sociedad que vivimos tan
huérfana de valores todo vale y utilizar la sin hueso contra el prestigio de
aquél al cual no podemos ver ni en pintura es lo más fácil aunque también lo
más cobarde pues es capaz de destruir a quién sea escupiendo mentiras o
falseadas “verdades” sin dar la cara. A lo mejor es bueno que pensemos el mal
que hacemos cada vez que criticamos o jarcheamos de los demás pues puede ser
vuelva en contra y las palabras dichas regresen a nosotros con muy malas
ideas...
Jesús Rodríguez Arias
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