El prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz, inició una visita pastoral a Nigeria el jueves 19 de julio. Permanecerá en ese país hasta el día 26. La labor apostólica del Opus Dei en Nigeria comenzó en 1965.
El domingo 22 de julio, en la homilía de la Misa, el prelado comentó las palabras del salmo: “El Señor es mi pastor, nada me falta”. Le traía a la memoria unas palabras de san Pablo que le gustaban mucho a san Josemaría: “Si el Señor está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” Concluyó recordando que, con Cristo, tenemos el mundo por heredad.
Por la mañana tuvo un encuentro de formación con algunos fieles de la Prelatura y amigos, en la capilla del Whitesands School de Lagos.
Mas tarde saludó a los responsables de algunas iniciativas educativas, como Whitesands School e Ikota Educational Foundation. Les recordó que en la tarea que llevan a cabo se transmiten los ideales cristianos a través del buen ejemplo y de una sincera amistad.
“NO SEGUIMOS SOLAMENTE UNA BELLA DOCTRINA O UN IDEAL, SINO A UNA PERSONA QUE ESTÁ MUY CERCA DE NOSOTROS EN LA SAGRADA EUCARISTÍA”
Monseñor Ocáriz tuvo a continuación una tertulia con fieles de la Prelatura en la Lagos Business School. Les habló de la "audacia" sobrenatural y la valentía de san Josemaría que, confiando en la gracia de Dios, no se dejó intimidar por las dificultades. Animó a los presentes a dar a conocer más ampliamente la llamada universal a la santidad en Nigeria.
Con vistas al próximo Sínodo sobre vocación y discernimiento, una de las preguntas ha sido cómo ayudar a los padres a comprender y apoyar la vocación de sus hijos. El prelado puso a san Juan Apóstol como ejemplo, explicando que algunos jóvenes cuentan con suficiente madurez sobrenatural y humana para comprometerse. La madurez no depende de la edad, sino que nace de estar cerca de Dios. Además, la vocación de un hijo es un motivo de agradecimiento al Señor.
En un encuentro con chicas jóvenes, que se celebró en Lagoon School, el prelado las animó a buscar la identificación con Cristo y convertirse en apóstoles. “No seguimos solamente una bella doctrina o un ideal, sino a una Persona que está muy cerca de nosotros en la Sagrada Eucaristía”.
MONS. OCÁRIZ: LA MADUREZ NO DEPENDE DE LA EDAD, SINO QUE NACE DE ESTAR CERCA DE DIOS
Una de las asistentes le preguntó qué esperaba de quiénes frecuentan los medios de formación cristiana que ofrece el Opus Dei. El prelado habló de la necesidad de compartir con los demás la alegría de una vida con Cristo: “El deseo de ayudar a los demás a encontrar a Cristo nace del amor a Dios y de la alegría de ser hijos de Dios”.
“¿Y cómo se llega a amar a Cristo?”, añadió. “Conociéndolo, meditando las Escrituras, entrando en las escenas del Evangelio, y tomándose en serio unas prácticas de piedad. Así uno es capaz de amar y mantener viva una relación con Cristo”.
Monseñor Fernando Ocáriz, a lo largo de los distintos encuentros, pidió a todos los presentes que rezaran con frecuencia por el Papa y por la Iglesia, especialmente en la Misa.
En el tercer día de su visita a Nigeria, el prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz, conversó con algunos fieles de la Prelatura y amigos en el Lagoon School Lekki y en la Lagos Business School. En esos encuentros había personas procedentes de diferentes ciudades del país como Lagos, Ibadan, Iloti, Nsukka, Enugu, Benin y Abuja.
En la Lagoon School, el prelado reflexionó sobre el pasaje del Evangelio del día, en el que los fariseos desaprueban una curación de Jesús realizada en sábado. Animó a difundir el Evangelio y aumentar la confianza en Dios a pesar de las oposiciones, obstáculos y dificultades que experimentamos a diario.
EL PRELADO ANIMÓ A VIVIR UNA VERDADERA FRATERNIDAD, QUE SE TRADUZCA EN OBRAS DE SERVICIO, DE COMPRENSIÓN Y DE PERDÓN
Recordando unas palabras del Papa Francisco sobre la fe, que nos hace ver con la mirada de Cristo, el prelado hizo hincapié en la necesidad de descubrirlo en la Eucaristía y ponerlo en el centro de nuestra vida. Instó a todos a pedirle al Señor la gracia de vernos como Dios nos ve.
Animó a vivir una verdadera fraternidad que se traduzca en obras de servicio, de comprensión y de perdón. El apostolado no es solo una tarea humana, sino sobre todo sobrenatural que consiste en ayudar a conocer y amar más a Dios, comentó.
Respondiendo a una pregunta sobre la vocación de los hijos, aconsejó a los padres a poner su confianza en Dios. "La oración, la madurez y la dirección espiritual son necesarias para discernir una vocación", dijo.
Preguntado sobre el valor del trabajo en el hogar, Mons. Ocáriz dijo que el ambiente, la belleza y el orden en el hogar facilitan el afecto y el desarrollo. Este trabajo "deja una huella duradera en las personas", y agregó que "el trabajo doméstico es la columna vertebral del ambiente familiar en el Opus Dei".
Ante las dificultades económicas que atraviesa el país, situación que lleva a mucha gente a emigrar, el prelado aconsejó trabajar por el bien común y cada día mejor. Señaló también que cada país tiene sus propios desafíos y aunque emigrar puede parecer una solución, puede no ser necesariamente la mejor.
MONS. OCÁRIZ ALENTÓ A LOS JÓVENES A APROVECHAR LOS MEDIOS DE FORMACIÓN CRISTIANA PARA HACER DE CRISTO EL CENTRO DE SU VIDA
Sobre la misión de los cooperadores del Opus Dei, recordó que ayudan con su trabajo, oraciones, tiempo y limosnas.
Al dirigirse los jóvenes, los alentó a aprovechar los medios de formación cristiana para hacer de Cristo el centro de su vida. En los diversos encuentros mantenidos, monseñor Ocáriz pidió oraciones por el Papa.
A lo largo del día, el prelado recibió a familias que querían saludarlo. Algunas habían viajado de ciudades lejanas como Benin.
El día 20, Mons. Fernando Ocáriz se reunió con algunos fieles de la Prelatura y compartió con ellos la alegría de visitarles “en una tierra de grandes posibilidades” con la riqueza de sus más de 170 millones de personas. Entre otros temas, les animó a cultivar una profunda amistad amando mucho la libertad de los demás. Una expresión de este amor por la libertad, dijo, es la necesidad de escuchar activamente a los otros. También subrayó la belleza del servicio en las diversas ocupaciones.
En el contexto de la preparación para el próximo Sínodo de los Obispos, monseñor Ocáriz recordó que todas las personas tienen una vocación, también aquellas que, por el momento, no han recibido el don de la fe. “Dios no abandona a nadie”, comentó. “La pregunta que hay que hacerse no es tanto si tengo vocación, sino cuál es la llamada que Dios me dirige”.
La labor apostólica del Opus Dei en el país comenzó en el año 1965. El prelado anterior, monseñor Javier Echevarría, había estado en este país en 1999.
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