12 años desde que quedáramos
por vez primera, desde que te llamara para quedar después de coincidir durante
varios días en ese curso de verano que sobre estrategia e inteligencia militar
se celebraba por aquél entonces en el Hotel Monasterio de San Miguel en El Puerto
de Santa María.
12 años y parece que fue ayer
y aunque el tiempo ha pasado muy deprisa puedo decir sin temor a exagerar que
lo he vivido con extraordinaria intensidad junto a ti Hetepheres pues a tu lado
no hay día igual y eso es simplemente maravilloso.
12 años donde ha habido de
todo, nos ha sucedido mucho, hemos visto como personas muy queridas se
marchaban para siempre, como algunos que creíamos “amigos” abandonaban la nave
creyendo que nos dejaban solos, como los que siempre estuvieron siguen estando
y como Dios nos ha bendecido con otros buenos amigos que con el tiempo se han
ido convirtiendo como hermanos.
12 años juntos en la salud y
también en la enfermedad, 12 años juntos en las alegrías y las tristezas, 12
años juntos en la riqueza y también en la pobreza. 12 años juntos y plenamente
enamorados.
Muchos cuando nos ven por la
calle que nos damos un beso, nos reímos a carcajadas, lo pasamos tan bien
tomando un helado, en mi caso el de tutti fruti, se quedan extrañados de ese
grado de compenetración que tenemos y es verdad porque cuando nos miramos
sabemos lo que queremos, lo que pensamos, como vamos a reaccionar ante tal o
cual situación.
12 años embebiéndome en esa
clase de Amor que solo tú sabes dar Hetepheres, 12 años respirando esa clase de
Alegría que ofreces en una simple mirada, en una risa limpia, en un comentario
llena de jocosidad e ironía pues vas teniendo mi particular sentido del humor.
12 años siendo más espontáneo
como lo eres tú, siendo más sensible, más cercano, más humano, como me enseñas
ser cada día. 12 años siendo los dos cada vez más libres, viviendo esa clase de
libertad a nuestra manera, pues ninguno servimos para estar en jaula ni de oro,
ni de plata ni de lata…
12 años traduciendo silencios,
compartiendo vivencias, emocionándonos con una buena lectura, tarareando
aquella canción a la que tú pones letra y yo solo me quedo con la música,
mirando las cosas desde nuestras perspectivas, embelesándonos a nuestra manera,
recorriendo nuestros tiempos que cuando estamos juntos en verdad llega a
pararse.
En estos 12 años y más desde
que nos casamos aquél sábado 1 de septiembre de 2007 hemos conocido,
experimentado, saboreado, disfrutado, reído, llorado, compartido mucho juntos y
todo lo bueno y todo los momentos malos ya sean por sufrimientos,
padecimientos, muertes o enfermedad nos han unido más y más a cada instante.
Fuiste la “culpable” de que me
enamorara de Villaluenga del Rosario a la cual fuimos cuando las crisis de mi
enfermedad digestiva se iban sucediendo cada vez más seguidas. Estuvimos una
semana en ese apartamento de La Posada donde se podía “masticar” la vida de un
pueblo, sus vecinos, que llegó a tocarme el corazón. No paró de llover en toda
la semana y aun así ningún día nos quedábamos en casa sino que caminábamos
pausadamente sin llegar a mojarnos por el chubasquero y es que el haber hecho
el Camino de Santiago año y medio antes nos había enseñado a vivir y disfrutar
de la naturaleza sin más ni más…
Tú, con tus ojos radiantes,
viste que los míos se habían quedado prendidos en este pueblo y cuando fuimos a
la panadería de Pepi te faltó tiempo para meterte en una conversación que tenía
Elena con un cliente y casi salir con la casa alquilada, esa que está en la
parte alta del Pueblo, esa que nos hizo conocer a Villaluenga desde dentro.
Sí, 12 años en los que hemos
crecido juntos, madurado juntos, y todos los momentos de estos años con sus
meses, días y horas han sido y son esculpidos con un mutuo amor, un entregado
amor, un sólido amor que es el nuestro y en el cual vivimos tan plácidamente.
Sólo desde el Amor se puede
comprender tu mirada, tu sonrisa, algunas veces distraída, tu abrazo espontáneo
cuando menos me lo espero. Sólo desde el Amor se puede comprender que suframos
cuando sufre el otro, que nos duela con algo le duele al otro, que hagamos lo
que sea para hacer feliz al otro que en mi caso eres tú, Hetepheres.
12 años en los que nos
sentimos bendecidos por Dios que nos ha regalado un Amor para toda la vida,
para toda la eternidad, que hay que cuidarlo, mimarlo, abonarlo, cada día como
la más frágil y preciosa flor que pueda haber en este mundo.
Hoy 27 de julio de 2018
cumplimos 12 años desde que nos viéramos por vez primera, nos tomáramos ese
refresco en el Canterbury, en Jerez, y me pusieras con una inmensa sonrisa
todas las cartas encima de la mesa que por cierto te diré que cada una que ponías
en el tapete más me gustaba y más me enamoraba de ti.
12 años que para algunos será
poco y otros demasiado pero para mí te diré, bien lo sabes, que yo empecé a
vivir ese 27 de julio de hace precisamente 12 años.
¡Te Quiero mi Vida! ¡Te Amo
Hetepheres!
¡Estoy tan orgulloso de ti!
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario