viernes, 25 de agosto de 2017

* DESDE VILLALUENGA: A ESTEBAN FERNÁNDEZ


¡Sos un loco hermano!

Así diría un querido y gran amigo argentino si te conociera como me a mí me conoce. Todavía recuerdo su aseveración a modo de saludo: “Ché, sos un loco Jesús” y yo le sonreía porque en verdad no la faltaba ni un ápice de razón ya que pienso que cuando hicieron mi molde este se rompió cuando nací por eso mi alergia a perder mi propia identidad, mi necesidad de ser Libre, por apurar cada instante para vivir a mi manera que no es mejor ni peor que otra sino mía y que bien sabéis es personal y por tanto intransferible. De ahí pienso lo mucho que me quieren muchos y lo mucho que me aborrecen otros.

Pues sí, querido Esteban: ¡Sos un loco!

Porque solo un loco es capaz de sentir lo que siente este bendito pueblo que  nos une, de amarlo en la cercanía y en la distancia, de divulgar sus cosas por los medios y las redes, por medio de fotografía donde muestras esas cosas sencillas aunque para algunos demasiado complicadas como es caminar por el campo, saborear ese paisaje que es capaz de cautivarnos con una sola mirada, tomar una cerveza en plena Alameda al calor de la amistad de los de aquí o los de allá, jugando una interminable partida de dominó con los vecinos de nuestro querido pueblo como puede ser Salvador y Cristóbal o tomar un aperitivo con tus amigos de Jerez, del Puerto o de donde sea...

Sí, querido Esteban, sos un loco amigo.

Un loco que siempre está ideando algo, pensando esa cosa, fijándose donde seguro nadie se fija. Cogiendo la cámara para fotografiar ese detalle o grabar tal o cual cosa, las Fiestas y Tradiciones que nos unen a todos los que nos sentimos de este bendito pueblo o haciendo volar ese dron que capta imágenes únicas y nos la ofreces con la ilusión de un niño con zapatos nuevos cuando en nuestra infancia, mi querido amigo, pocos zapatos nuevos estrenábamos y cuando lo hacíamos los anteriores se caían a pedazos de tantos remiendos. Será por eso que nos ilusionamos con todo, será precisamente por eso por lo que mi amigo argentino me dice sin pensar: “Boludo, sos un loco” y que si te conociera a ti también extendería ese comentario.

En tu casa cuya esquina da a la calle Agua que cuando llueve como lo hace en Villaluenga comprendes bien el significado de tal nombre en el callejero de nuestro querido pueblo.

Todos los que aquí hemos llegado lo hicimos por distinta manera o razón. La mía fue el poder recuperarme de una de mis crisis digestivas que me dejaron para el arrastre en los tiempos anteriores a la intervención que me practicaron en Madrid hace ahora poco más de tres años. Aquí descubrí una nueva forma de vivir, de sentir, de relacionarme que me enamoró perdidamente aunque eso no hace falta que lo vuelva a explicar porque bien conocéis mis sentimientos que respecto a Villaluenga son claros y transparentes. Todos tenemos tras nosotros una historia del por qué llegamos y sobre todo el por qué decidimos quedarnos para siempre. Hemos hecho de este paraíso natural nuestra particular “Casita en medio de la montaña” que fue el título de mi pregón en 2015 y que aunque pudiera parecer muy literario fue explicar desde la verdad de los sentimientos mi amor por este bendito pueblo que ha vuelto a darme la vida como lo hace cada vez que regreso tras unos días de él separado.

Sí, sin lugar a dudas, mi querido Esteban somos dos locos. ¡Bendita locura!

Siempre andas hablando de Villaluenga, de todo lo bueno que lo rodea y que es mucho, siempre estás trayendo a amigos, conocidos y conocidos de conocidos para que la conozcan, para que averigüen con sus propios ojos que todavía existen en el mundo sitios con esta pureza, con esta autenticidad, con este sentido de amable hospitalidad, como es Villaluenga del Rosario.

Que existe un Pueblo donde se mima, trabaja y lucha por sus tradiciones, por sus devociones, sus fiestas porque forman parte del adn natural del mismo sin más trampas ni más cartón. Que es el lugar que nos ha enamorado y que bien sabes algún día me gustaría pasar el resto de mi vida.

Como dijo Orson Welles: “Uno no es de donde nace sino donde decide morir”.

Acojo esa frase hasta hacerla mía pero con matices: Me siento, bien lo sabes, muy orgulloso de haber nacido en La Isla de mi infancia, de mis orígenes, aunque ya hace tiempo que he decidido vivir y morir aquí en este pequeño, luengo y blanco pueblo cobijado por el sempiterno Caíllo y bendecido por la Santísima Virgen del Rosario, Madre y Patrona de todos los payoyos.

Este olor que huele a encina quemada cuando llega el invierno, a tierra mojada cuando la lluvia se hace presente, este pueblo que queda sumida en la niebla y cuya imagen desaparece cuando abres la puerta de tu misma casa, este pueblo que huele todo el año a queso gracias a las cabras payoyas que pacen por cualquier lugar, este pueblo donde el gallo nos anuncia un nuevo día en medio de la tarde, los perros ladran en la lejanía o ves tan cercanos que hasta puedes escuchar como los buitres planean por encima de la montaña.

Este Pueblo donde “Navidad es Villaluenga”, donde la Semana Santa se concreta en el Viernes Santo ofreciéndonos imágenes únicas que la hacen totalmente diferente, este Pueblo que es cuna del buen queso y que organiza año tras año la exitosa Feria Artesanal de Andalucía en cuya organización, difusión e imagen estas metido hasta la médula con la empresa que llevas junto a tu mujer, junto a Amparo Bou, y el buen grupo de profesionales que te acompañan en Sinlimites Comunicación.

De quesos, de Toros y también es Territorio Trail gracias a la labor de nuestros queridos amigos Ismael y Alex que gracias a su empresa Naturaventura ponen en pie cada año estas pruebas de alto rendimiento que gozan de prestigio consolidado por su buen hacer.

Y es que a Villaluenga hay que entenderla porque haciéndolo así se llega a amar sin fisuras.

Aquí se confía, se abre el corazón, a aquellas personas que sin haber nacido en este lugar ofrecen lo que tienen al Pueblo desde la gratuidad, desde el servicio, desde la hospitalidad, desde el cariño. Son muchos los que vienen, se “enamoran” y después se van y si te he visto no me acuerdo. Villaluenga está escarmentada de “falsos amoríos” por eso cuando ven a una persona que se entrega lo acogen como parte de ella misma por el resto de la vida pasando a conformar esta Gran Familia.

Para muchos, que viven en otros lares, que están en ciudades, no comprenden que  a nosotros nos guste y gocemos en un pequeño lugar donde a lo mejor no hay cine ni centro comerciales, ni falta que hace, pero si están sobrado de esos valores, esas virtudes, que queremos inculcar a nuestros hijos, a las futuras generaciones, para que nada se pierda de lo que debe ser “La Pureza de lo Auténtico”.

Sí, mi querido Esteban, sos un loco querido amigo, pero bendita locura la tuya que sabes que comparto y también vivo.

En estos días se te volverá a ver cámara en mano recogiendo todos los detalles de nuestras Fiestas Mayores, captando las palabras, los gestos, el disfrute de todo un pueblo. Y lo harás con la generosidad que acostumbras para luego difundirlo por medio mundo o el mundo entero.

Tanto Hetepheres como yo no estaremos el vienes 1 de septiembre en Villaluenga que es cuando comienza la Feria y Fiestas del lugar. Debo reconocer que desde que fui elegido pregonero y pude ofrecer cuanto sentía en 2015 he intentado acompañar y  no faltar a ese entrañable acto que hace revivir tantos hondos y sentidos recuerdos. Esta vez estaremos alejados pues desde hace meses tenemos el compromiso de asistir a una boda de unos amigos nuestros y nuestra presencia es ciertamente inexcusable.

Pero sé que si tu estás por aquí estarás grabando, sacando esa instantánea que muestra esa imagen que nadie ve o percibe. Te ruego que me hagas llegar alguna imagen pues aunque mi cuerpo esté en Conil, mi mente y corazón estarán sentaditos en una silla acá en la Alameda, acá en Villaluenga del Rosario. Es una forma de estar cerca aunque esté lejos.

El sábado 2 de septiembre al mediodía, D.m., llegaremos a este bendito Pueblo que nos tiene cautivado los sentimientos para disfrutar lo que podamos de ese día y medio.

Sí, somos dos locos mi querido Esteban, dos locos bohemios y enamorados de un Pueblo al que el Caíllo cada noche le canta una nana:

“Duérmete mi cielo, estrella de la mañana,
duérmete mi niña de carita aterciopelada,
duérmete estrellita de luz limpia y clara,
duérmete que velo tus sueños lucerito del alba.

Duérmete princesa mía que reinas mi morada,
duérmete que hasta las nubes te tapan,
para que el frío y la nieve no enfríen tu mirada,
duérmete cariño mío, mi eterna enamorada.

Duérmete que la noche pronto pasa,
duérmete tesoro mío, luna de mi alma,
duérmete tranquila que brazos te abrazan,
que el Caíllo a Villaluenga la acuna y guarda”.

¿Para no ser un loco mi querido y buen amigo? ¿Para no ser un loco Esteban, hermano?

Quería escribirte este artículo a modo de carta abierta porque quería darte las Gracias por cuanto haces, por ser como eres, por tu encomiable disposición siempre y que quería hacerla ahora que tengo el corazón sensible, que no frágil, a quienes aportan y me aportan a diario tantas cosas buenas.

Un abrazo grande amigo, besos para Amparo y el niño de tu alma que es también un pequeño enamorado del Caíllo.

Jesús Rodríguez Arias

Nota: La Nana del Caíllo a Villaluenga forma parte del pregón que ofrecí en 2015.


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